Querido estafador de sueños

17.05.2020 | Redacción | Relatos

Por: Magdalena Bareto González

Después de un tiempo lejos de tus mentiras, recuperando mi integridad emocional (ésa que tan bien supiste manipular) quiero agradecerte que hayas derrumbado los muros de mi confianza, dejando reducido a escombros lo que una vez sentí por ti.

Gracias a tu propio engaño ha sido más fácil comprender que ni valías ni vales la pena. Ni siquiera vales la risa o la poca alegría que seas capaz de aportar, porque pagué cada sonrisa que me provocaste con lágrimas de decepción.

Que sepas que no te guardo rencor, no mereces que cargue con el peso de ningún sentimiento hacia ti más allá de la indiferencia. Si por un casual interpretas que escribo desde el resentimiento, te aclaro de antemano, que no estás en lo correcto aunque no voy a negar que me provocas cierto rechazo. Escribo para resaltar el gran trabajo de suplantación de identidad que hiciste, haciéndote pasar por alguien distinto a quien en realidad eres. Pero caíste por tu propio peso, porque las mentiras tienen las patas muy cortas y tú no pudiste soportar tanta carga en el costado. Está claro que ni el mejor de los arquitectos puede construir una casa encima de un pantano, porque antes o después se sumergiría en el lodo. Tú, aunque más bien no sabes de nada, te postulas como un gran profesional de los sentimientos y en realidad eres una falsificación barata de aquello que te gustaría ser, por mucho que intentes acreditar tus años de aprendizaje y tu nivel de superación. Lógicamente no lo supe en aquel momento, pero sí intuí que tu expediente amoroso tenía muchas calificaciones por debajo del aprobado. Me atrevo a afirmar que tu propia carrera vital guarda tantas mentiras que dudo seas capaz de contabilizar.

Gracias a ti he vuelto a confirmar que debo escuchar y priorizar lo me que grita mi sexto sentido, que desde el primer momento me mandaba señales de peligro con respecto a ti. En el fondo siempre supe que tenías demasiada oscuridad alrededor, aunque quisieras brillar con luz propia. Nunca serás un triunfador, no se puede llegar lejos a golpe de mentiras y si algo me quedó claro de mi experiencia contigo, es que toda tu vida es una mentira y no tienes la suficiente inteligencia ni memoria para sostenerla.

Vas dejando tristeza y oscuridad por donde pasas, terminas  decepcionando a quienes confían en ti. Le quitas al amor el verdadero significado de la palabra, porque el único amor que conoces es el amor hacia ti mismo, que ni siquiera es igual que el amor propio. De éste tampoco puedes presumir, si te quisieras un poco más, trabajarías por ser mejor persona y por aprender valores que sólo conoces "de oídas", como la honestidad.

A ti querido mentiroso, chantajista emocional, farsante de tres al cuarto, gracias por haberme recordado que la gente como tú no tiene cabida en mi vida. Donde únicamente puedes encontrar tu sitio es en el infierno al que perteneces y de donde te escapas de vez en cuando, para hacer de las tuyas.

Querido estafador de sueños, algún día serás tú el estafado, créeme. En esta vida todo lo que damos termina regresando a nuestras manos.

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Magdalena Barreto González.

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