25.01.2019. Santa Cruz de Tenerife
Los empresarios canarios comienzan el año 2019 menos optimistas sobre el comportamiento de la actividad empresarial en particular y sobre la economía en general. Este cambio ya se venía adelantando a medida que avanzaba 2018 y sitúa el nivel de confianza empresarial por debajo de la media nacional, con una variación en la encuesta de enero del -2,9%. Se trata no solo del tercer descenso más acusado del país -superior en 1,9 puntos a la media nacional (-1%)-, sino también de la mayor caída en este mes que se produce en las Islas desde el año 2013.
Según el Índice de Confianza Empresarial de enero de 2019, elaborado por el INE en colaboración con el Istac, el 13,9% de los gestores de establecimientos consultados cree que la marcha de su negocio será favorable en el primer trimestre del año, cifra inferior a la del periodo comprendido entre octubre y diciembre, cuando fue de un 21,8%. Por otra parte, el porcentaje de empresarios que opinan que su negocio marchará de manera normal crece levemente, del 59,7% al 64,4%, mientras que los que se muestran pesimistas han aumentado un 3,2% respecto al trimestre anterior hasta situarse en el 21,7%.
De este modo, la diferencia entre las opiniones de los empresarios optimistas y pesimistas, conocida como balance de expectativas, se sitúa en los -8 puntos, 14 por debajo del registrado el trimestre anterior y el primer valor negativo desde enero de 2016.
Por su parte, el balance de situación referido al comportamiento empresarial en el trimestre que ha finalizado aún sigue arrojando datos positivos, con un saldo de 3 puntos entre las respuestas favorables y desfavorables, pero se aleja de los máximos alcanzados hace un año, en el que fue de 20 puntos.
Destacan en este aspecto las percepciones de los comerciantes acerca de la campaña navideña, que fue positiva, pero en menor medida que la de hace un año. Las respuestas favorables pasan de un 28% en 2017 a un 23% en 2018. El 81% de los establecimientos mantuvo estable o mejoró su actividad, un buen resultado que se extiende a la temporada de rebajas, aunque con un menor porcentaje de respuestas al alza (13%) y un aumento de la estabilidad (67%).
El debilitamiento de la demanda, tanto interna como externa, y la “normalización” de las cifras del turismo, tras los récords registrados en los últimos años, son las principales causas que explican la disminución de la confianza empresarial, afirmó hoy, durante la presentación de los resultados del índice, el presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Sesé.
“Aunque muchos de los factores que influyen en esta situación no dependen de nosotros, es necesario prepararnos para futuros escenarios, reduciendo nuestras vulnerabilidades y potenciando nuestras fortalezas para poder mantener un ritmo de crecimiento capaz de continuar generando riqueza y empleo”, advirtió el dirigente cameral.
Según el análisis de la entidad, el retroceso del número de visitantes extranjeros -acompañado por una continuidad en los descensos, de difícil estimación tanto en cantidad como en precios- está repercutiendo en unas expectativas menos positivas entre las empresas de transporte y hostelería, con innegables efectos de arrastre en el conjunto de sectores de la economía.
De hecho, tan solo el sector de la construcción experimenta una suave mejora de su nivel de confianza (1%), mientras que el resto de las actividades registra disminuciones, entre las que destacan las que presentan las relacionadas más directamente con el turismo, con una variación del -8,8%.
La normalización de la entrada de visitantes extranjeros, tras las cifras extraordinarias de los últimos años, está afectando de forma diferente a las percepciones empresariales en cada una de las islas. Así, son las más dependientes de este sector las que acusan una mayor pérdida de confianza entre sus empresarios, si bien todas ellas registran descensos en enero. La caída más brusca en la encuesta del primer trimestre del año ha sido la de Fuerteventura, con una variación del -11,2%, mientras que los menores deterioros en la confianza empresarial corresponden a Tenerife y Gran Canaria, con variaciones del -0,2% y -0,3%, respectivamente, debido a su mayor diversificación sectorial. El índice también desciende en el resto de las islas, con variaciones del -7,2% en El Hierro, del -4,8% en La Gomera, del -4,3% en Lanzarote y del -1,9% en La Palma.
A juicio de la Cámara de Comercio, las acciones que deben adoptarse para encarar esta situación han de estar planificadas tanto desde el ámbito privado como desde el público, para que así “los posibles impactos sean de menor intensidad”, indicó Sesé.
En este sentido, el presidente de la institución animó a todas las empresas a seguir mejorando en productividad a través de la formación de sus trabajadores, la digitalización y la mejora continua de la gestión. “Las pymes, que conforman de manera muy mayoritaria nuestro tejido empresarial, deben buscar socios y aliados estratégicos que ayuden a reducir riesgos y ampliar mercados y favorezcan su proyección regional e internacional”, añadió.
Desde el lado público, sostiene la Cámara, es necesario “desbloquear la maraña administrativa que está impidiendo acometer y agilizar los proyectos de inversión, tanto de empresas canarias como extranjeras”. Se trata, apuntó Sesé, de una demanda “de la que no parece que se hagan eco las administraciones, a pesar de ser uno de los principales hándicaps para el crecimiento”.
También resulta “imprescindible” adoptar planes de contingencia ante la posibilidad de un Brexit duro para aquellas actividades en la que las relaciones con el Reino Unido tienen mayor peso. Para ello, recordó el presidente, se cuenta en la actualidad con apoyos procedentes, entre otras instituciones, de las Cámaras de Comercio.
Santiago Sesé invitó a seguir trabajando por el crecimiento de las energías alternativas, con el objetivo de reducir la dependencia del petróleo y del impacto en los costes que puede acarrear un crecimiento de los precios en el corto y medio plazo.
Para el presidente cameral, asimismo, la previsión de un escenario futuro en el que las condiciones financieras no sean tan laxas como en la actualidad aconseja persistir en el esfuerzo de recortar la deuda pública y privada.
“No podemos dejar de mencionar la urgencia de que se firmen todos los acuerdos pendientes con el Estado y de que se asegure su financiación mediante el carácter plurianual de los convenios”, declaró Sesé, para quien no se trata solo de una cuestión “de justicia”, sino de un requisito para poner en marcha proyectos necesarios para la competitividad, el desarrollo y el empleo en la Comunidad Autónoma”. Estas actuaciones, recalcó, “pueden contribuir a dinamizar el conjunto de la economía, a hacerla menos dependiente del turismo y a consolidar sectores en recuperación, como la construcción”.
Factores que limitan la actividad de las empresas
Por primera vez desde que en enero de 2013 el INE comenzara a elaborar el Indicador de Confianza Empresarial en colaboración con el Instituto Canario de Estadística la debilidad de la demanda, ya sea interna o externa, aumenta su peso como factor limitador de la actividad de las empresas canarias.
De hecho, en la encuesta de enero de 2019 el 53,1% de los empresarios de las islas, independientemente de su tamaño y del sector de actividad al que pertenezcan, reconoció que este factor, además de continuar siendo uno de los dos que más afecta a la prosperidad de sus negocios, había aumentado un 6,6% respecto a enero de 2018.
Un comportamiento que ya se ha venido adelantando por la menor actividad registrada a medida que avanzaba el año 2018, especialmente en las actividades vinculadas al sector turístico que, poco a poco, han ido acusando el descenso del turismo extranjero.
Atendiendo al comportamiento insular se aprecian significativas diferencias con importantes aumentos en la debilidad de la demanda entre los empresarios de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y Gran Canaria, frente a retrocesos de este factor como limitador de la actividad en las islas de El Hierro, La Palma y Tenerife.
También, aunque no tras un cambio de tendencia, la escasez de personal cualificado gana peso, afectando al 19,4% de las empresas como factor limitador de su actividad frente al 17,8% de un año antes, no solo por la falta de trabajadores para cubrir determinados profesionales, sino por la escasez de personal formado para afrontar el cambio tecnológico que está suponiendo la digitalización han de asumir las empresas.
En sentido contrario se sitúan las dificultades de financiación que favorecidas aún por la política laxa del Banco Central Europeo continúan siendo favorables, no solo por la disponibilidad de crédito, sino por los bajos tipos de interés que registra el mercado.
Por su parte, el aumento de la competencia parece haberse estancado al registran tan solo una leve caída en el porcentaje de respuestas del -0,5% en el último año con un 54,3% de las empresas afirmando que esta circunstancia es el principal factor limitador de su actividad junto con la debilidad de la demanda.
Por último, un 25,2% de los empresarios adujeron otras causas como posible freno de la situación económica actual entre las que cabría destacar: las tensiones comerciales, la incertidumbre política, los conflictos geopolíticos y la excesiva regulación.