El Cabildo de Tenerife presenta un estudio sobre los efectos de la crisis económica en los inmigrantes de la Isla.

10.05.2017. Santa Cruz de Tenerife.

El consejero insular de Empleo, Comercio, Industria y Desarrollo Socioeconómico, Efraín Medina, presentó hoy en el Salón Noble del Cabildo el libro ‘Movilidad y condiciones de vida de los inmigrantes durante la crisis económica en Tenerife’, obra de los autores Dirk Godenau y Daniel Buraschi. Se trata de un estudio de los efectos de la crisis económica en la población inmigrante de la Isla, desarrollado por el Cabildo y la Universidad de La Laguna a través el Observatorio de la Inmigración de Tenerife.

Este documento revela que la gran diversidad de situaciones socioeconómicas de partida al inicio de la crisis, condiciona la situación laboral y las condiciones de vida actuales de la población que ha inmigrado. Se trata de un fenómeno habitual, que incluso puede provocar que existan grandes diferencias entre los inmigrantes y la población autóctona.

La crisis ha tenido efectos selectivos, tanto entre la población inmigrada como entre la autóctona: ha ampliado la desigualdad y ha contribuido a la polarización de la estructura social.

Efraín Medina resaltó que”Obiten es un referente a nivel mundial. Las experiencias, los trabajos de investigación y las acciones realizadas en esta materia han dado grandes resultados. La interculturalidad es un valor positivo por el el que Cabildo va a seguir apostando”.

Por su parte, Dirk Godenau, coautor de la obra, explicó que esta publicación “viene a cubrir una laguna de información sobre cuáles han sido las estrategias de adaptación de los inmigrantes de Tenerife durante los años de la crisis”; y Daniel Buraschi indicó que “se trata de un trabajo de campo en el que se han movilizado más de 600 personas”.

El libro revela que una de las particularidades de lo que ocurre en Tenerife es el elevado peso de la inmigración procedente de la Unión Europea. Este peso de las personas de origen comunitario afecta a los indicadores que describen la situación media de la población inmigrada en Tenerife. Y esta situación muestra un perfil de desventajas con respecto de la población autóctona de una magnitud inferior a la registrada en otras regiones españolas. En cambio, si se compara la posición socioeconómica de la población de origen no comunitaria con la de los autóctonos, las diferencias sí son amplias y de magnitud similar a la registrada en gran parte del resto de la geografía española.

Los factores de riesgo que condicionan una mayor probabilidad de encontrarse a una persona inmigrante en una situación desfavorecida están asociados, principalmente, a los resultados de su inserción en el mercado de trabajo. Esta inserción está condicionada por el nivel educativo, la empleabilidad en un sentido más amplio, contar con un permiso de trabajo y la historia laboral previa a la crisis económica. El mercado de trabajo es el factor principal que influye en las diferencias económicas entre las personas (migrantes o no) que tienen en el trabajo su principal fuente de rentas.

A esta dependencia de los ingresos por trabajo se añaden las diferentes necesidades de sostener un mayor o menor número de personas con estos ingresos. En este sentido, las familias y los hogares de bajas tasas de empleo, escaso acceso a prestaciones sociales (ejemplo, desempleo), sin vivienda en propiedad (pagada) y sin redes sociales de apoyo social (familiares y amigos), son más propensas a caer en la exclusión social.

Cabe señalar que el impacto de la crisis en la reducción de la inmigración ha provocado que gran parte de la población foránea lleve años asentada en la Isla. En términos generales, los procesos de integración avanzan con el paso del tiempo. No obstante, es en el ámbito laboral y en las condiciones de vida materiales donde la crisis económica ha supuesto un freno e incluso un revés para el ascenso socioeconómico de una parte importante de la población inmigrada.

La pérdida del empleo, la reducción de los salarios, la inestabilidad contractual y el aumento del trabajo no remunerado, son fenómenos que también han impactado en la población que viene de fuera, particularmente entre las personas cuyo punto de partida antes de la crisis ya estaba marcado por situaciones desfavorables.


 

 

 

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