Una gala con la voz e imágenes de Manrique, el recuerdo de familia y amigos y músicas reivindican la pervivencia del espíritu del artista

24.04.2019 | Arrecife de Lanzarote

Una gala con cientos de imágenes y numerosos cortes de voz del propio César Manrique, en algunos momentos muy emotiva, homenajeó al artista dentro de los actos Manrique100, un ambicioso programa de actos organizados por el Cabildo Insular de Lanzarote con motivo del centenario del nacimiento del artista, que se cumplía precisamente hoy, 24 de abril.

La gala fue transmitida en directo por Televisión Canaria y presentada por Yara de León.

“Un triste día de septiembre de 1992 se apagó un volcán en Lanzarote. César Manrique fallecía en un absurdo accidente de automóvil y pareció que toda Canarias, durante un momento, se quedaba sin respiración. Después hemos aprendido a vivir sin César, en Lanzarote y en Canarias, porque, en cierto sentido, César era y es demasiado fuerte para desaparecer “, expresó el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, al comienzo de su intervención. Clavijo añadió que “Lanzarote inventó a César Manrique y César Manrique inventó Lanzarote. Este paisaje prodigioso, tan hermoso como áspero, lleva, como se dijo hace tiempo, una triple firma; la de sus campesinos, la de sus pescadores y las de César Manrique, conejero militante y artista universal del que se cumple este año el centenario de su nacimiento”.

El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, recordó que Cien años desde el nacimiento de Manrique suponen, de igual modo, cien años en la vida de la sociedad lanzaroteña. Avatares, duro trabajo, reinvenciones: Lanzarote se ha visto obligada a luchar y a esforzarse para salir adelante a lo largo de toda su historia. Porque lo mismo, aquí, sólo se consigue — como bien sabemos— con el doble de esfuerzo. La historia nos enseña cuánto nos hemos visto obligados a trabajar para garantizar la supervivencia y el progreso. El esfuerzo, la inventiva, la voluntad, el duro obrar son los aparejos con los que se ha fabricado la transformación que nos ha traído hasta nuestros días.

San Ginés reivindicó la importancia de las instituciones en el éxito de la obra y legado de Manrique en Lanzarote. “Tan importante como “el sueño de Manrique”, fue, en el momento inicial del proyecto, encontrar a otros dispuestos a soñar el mismo sueño y a hacerlo posible de múltiples formas. La importancia del encuentro entre el acto de imaginación de Manrique y la visión del presidente del Cabildo de Lanzarote, José Ramírez Cerdá, explica muy bien el sentido profundo de las confluencias y las trayectorias decisivas”.

La gala comenzó de una manera muy emotiva, con el relato de un artista excepcional. Felipe Megías desarrolló un espectáculo visual, muy impactante, ayudado solamente de sus manos y arena. En una pantalla blanca y en menos de 6 minutos dibujó paisajes de Lanzarote, desde la playa de Caleta de Famara donde Manrique hizo sus primeros trazos de niño y jugaba con José Ramírez Cerdá, hasta las impresionantes obras de Timanfaya, el Monumento al Campesino.

Se proyectaron numerosos videos, en los el propio César lanzaba sus mensajes más conocidos sobre su inspiración en la naturaleza, el arte y Lanzarote. Frases tan vigentes como: “Me interesa el progreso como bondad y honestidad. Lo que condena y enriquece a un pueblo es la cultura, un pueblo sin cultura está condenado a la ruina”. “Hay que tener el talento de saber vivir, el arte de vivir”, “La gente dice que Lanzarote solo camellos y piedras y era la isla más fea del archipiélago”, para demostrar a todo el mundo que no fue así. “Toda la influencia que tengo es mi de la profunda observación de la naturaleza, la enorme belleza de una piedra o un campesino arando la tierra”.

Su sobrino, el también artista Eduardo Manrique, recordó una anécdota vivida con César durante cinco horas paseando por Manhattan. Y justamente ese fue el comienzo de uno de los momentos más emotivos de la gala. Primero, el presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, le entregó una réplica del Monumento a la Fecundidad, y, aún más. El fotógrafo suizo Linus G. Jauslin, que conoció a Manrique a mediados de los 70 y ya nunca se despegó de él hasta un mes antes del accidente, le entregó las placas originales de las primeras fotos conocidas de César con su hermana gemela, Juana.

Hubo palabras muy sentidas hacia aquellos dos niños jugando en la playa de Caleta de Famara, César y José Ramírez Cerdá. Compañeros de mil batallas que sueñan con un mundo mejor. Los 14 años presidente del cabildo de Lanzarote de Ramírez “se los pasaron jugando como si fueran aquellos niños de la playa y transformaron la isla”. El propio César decía que “teníamos un mundo poético propio; Pepín ha sido el padre de nacimiento de Lanzarote, junto conmigo”.

También, numeroso amigos opinaron sobre su figura, trascendencia y legado, entre ellos el catedrático de Historia del Arte, Fernando Castro Borrego, el artista y colaborador de César Ildefonso Aguiar, la amiga íntima y galerista Carmensa de la Hoz, el primer director de los Centros de Arte y Turismo, Marcial Martín Bermúdez, Antonio Ramos, uno de sus colaboradores. “César le daba sentido a la vida”, “le encantaba divertirse, le encantaba la vida y disfrutarla mucho”, “Manrique vio la belleza allí donde no sabíamos interpretar lo que nos estaba diciendo”, “Corría por la playa y contemplaba los atardeceres, las gaviotas, los peces, fascinado por el espectáculo fascinante de la naturaleza”, “Puso en valor la materia de la isla, el volcán, la arena”. “Otra persona pasa mira lo que hay y continúa; César no. Y aquello de lo que dudábamos, que no veíamos ninguno excepto él, hoy es el Parque Nacional de Timanfaya”. “Cesar decía que la naturaleza hay que protegerla como un cristal, cuando se quiebra ya es imposible recomponerlo”, “Si la riqueza supone la destrucción de la naturaleza, no habrá riqueza”.

La cantante Beni Ferrer también tuvo una intervención emotiva, cuando recordó una anécdota con Manrique”. “éramos una pandilla de niños pequeños jugando en Arrecife, todos descalzos y manchados. Allí mismo César Manrique estaba trabajando en la Sala de Arte El Almacén, se dirigió a todos nosotros y nos dijo: “Eh niños, esta es su casa, pueden jugar aquí cuando quieran”. Y de aquellas calles de tierra, con olor a pescado por las factorías, pudimos seguir jugando entre obras de arte…”.

Otro momento especial fue el protagonizado por la cantante Rosana, también nacida en Lanzarote, que interpretó dos temas, sola a guitarra, con imágenes de un César cotidiano, al teléfono, observando un paisaje de lava, haciendo declaraciones a periodistas, en salas de arte, sonriendo, con amigos, dibujando y firmando sus cuadros, con su enorme e inseparable perro. “Gracias por hacerme partícipe de esta celebración, de estos cien años de alguien que nos ha llevado siempre tan lejos, por tantos lugares del mundo. Estés donde estés, felicidades”, dijo lanzando un beso al cielo.

“Quise salir de Lanzarote y di dos veces la vuelta al planeta. Regresé a mi isla teniendo la tranquilidad de saber ya donde vivo”, recordaba César en otro video.

No podía preverse un final más emotivo. Alexis Lemes (al tiemple) y Adrián Niz (guitarra) junto con los músicos de la formación Lanzarote Ensemble Lanzarote, interpretaron una de sus canciones preferidas What a wonderful world.

Suscríbete a nuestro Podcast



Buscar en Tagoror

¿Aún no te has suscrito a nuestro podcast? Suscríbete aquí