Un cuento desesperado

15.03.2024 | Redacción | Cuento

Por:  ©Yeny Tejada

Perú

Ser parte de un mundo en que la tecnología conecta lugares y personas, nos permite involucrarnos en historias que a veces quisiéramos rechazar, no trabarse con las situaciones que no podemos dar una solución. Las distancias no parecen reales y mantener una amistad con países lejanos, personas que tal vez nunca conozcamos nos llevarán a esta historia.

En un día cualquiera los mensajes en el celular empezarán a llegar, a veces es la rutina de saludos y otras el lenguaje se hace más íntimo, de una relación que ha permanecido en el tiempo.

Las historias van cambiando de acuerdo al estado de ánimo de los interlocutores porque las actividades que cada cual tiene, no permiten que la cercanía se produzca - pensando en la relación que ellos han llegado a conectar-

A pesar de estar a miles de kilómetros, se han vuelto buenos cómplices de aventuras, reales o ficticias porque mientras ella intenta ser real, las historias de Ralph le suenan a invento.

Rosa, escucha el sonido que escogió para los mensajes con Ralph para revisarlos y responder en la medida que le sean posibles. La Navidad ha pasado, supone momentos de tranquilidad y descanso. La conversación se inicia y entre un mensaje y otro, el tono de los mensajes ha ido cambiando. La sorpresa se la vuelve a llevar Rosa que intenta entender lo que ocurre.

Está cansada y no quiere que esta charla entre ellos se vuelva pesada y la lleva con un poco de humor, mientras los mensajes de regreso se van volviendo cada vez más duros.

Rosa no imagina o tal vez sí, porque el tono de la conversación la llevó a imaginar que las cosas no iban a ser muy buenas, se prepara para escuchar sobre el trabajo, la soledad, tristeza, alguna enfermedad, todo para no salir de la rutina acostumbrados en estos últimos dos años.

De pronto algo realmente la alerta, los mensajes tienen un contenido de lo más inesperado e intenta preguntar lo más calmada posible:

¿Dónde estás? - ya que él ha mencionado la temperatura helada.

Estamos a menos 10 grados y todo alrededor está congelado

Respuesta que le hace imaginar que las cosas no van nada bien, le cuenta que el haber trabajado duro no será totalmente compensado ya que los impuestos se llevarán el 40 por ciento de sus ingresos, esto es parte de lo establecido en la política gubernamental de su país, pero a veces olvidamos la rutina y nos dejamos llevar por la esperanza de obtener más ganancias, que en realidad ha sido producto del trabajo y esfuerzo del año.

Cambio un poco la conversación y de pronto el siguiente mensaje me saca de toda mi tranquilidad. Pregunto en dónde está y le pido que regrese a su casa. Me dice que está frente al mar con una temperatura de -10 grados y que solo espera que ocurra lo esperado al estar a las 10 de la noche entre el viento y el frío. Me parece de los más insensato permanecer allí, le pido que regrese a su casa y que se mantenga a salvo. Pero el mensaje último me deja con una sensación de angustia, no puedo hacer nada frente a este suceso.

Mientras tanto la hora ha ido avanzando y Rosa debe manejar para regresar a su casa. El contacto se corta y no sabe nada más de lo que en la distancia habría estado pasando. Preocupación, dolor por no poder hacer absolutamente nada, como persuadir a Ralph de que lo que está haciendo no lo beneficiará en nada, que se está lastimando y aunque la situación suena realmente contraria a lo que esperaba, la vida es el bien más importante que hay que conservar. Rosa ha enviado mensajes esperando sean leídos y respondidos, pero tan solo nada. Pasarán las horas y no hay noticias de ningún tipo.

Finalmente, un mensaje de que ha sido rescatado por la policía me permite entender el grado de sentimientos que Ralph ha ido teniendo, la mente humana nos juega a veces en la forma más negativa posible. ¿Alejarnos de todo lo real, racional o irracional que en la vida nos ha tocado vivir es la verdadera respuesta a lo que debiéramos hacer?

A veces me pregunto por qué las personas consiguen este tipo de amistades a distancia, que no permitirán llegar a una verdadera relación personal entre seres tan distintos, no solo por la distancia en la que viven, si no por los gustos que ambos tienen.

Regresar a la historia me deja con un sabor amargo en el que los protagonistas se ven envueltos en situaciones tan complejas como imposibles.

Los mensajes se han normalizado entre ellos, han ido llegando sin ninguna frecuencia como ha venido ocurriendo, casi como al azar. Costumbre que también se ha vuelto natural entre ellos.

Pensar en morir congelado me espanta y me pregunto cuanto puede pasar en la mente humana, entre la desesperación y desesperanza simplemente que abandonemos nuestro cuerpo a lo que el clima haga con él. Es esto lo que la Navidad le trajo de regalo a Rosa, la distancia, la imposibilidad de hablar con la persona, el sentimiento de impotencia, las dudas de saber si esto ha sido realmente un hecho real o ideado para tan solo impresionarla.

Las dudas y los enigmas de una historia como tantas otras más al mismo estilo, un engaño entre redes, una verdad que debe ser creída, las interrogantes son muchas y no habrá manera de saber la verdadera razón de todo este cuento. El misterio aún no revelado nos dará indicios de lo que a continuación pueda ocurrir, ¿Es quizás la imaginación más increíble que la realidad? Tal vez debemos tener la certeza de que todo lo expuesto es parte de lo ocurrido en una noche de diciembre y la realidad supera lo imaginado.

¿Estaba frente al mar?

Las ideas han ido yendo y viniendo en la mente de Rosa, existe alguna otra historia aún oculta en este episodio y que aún no ha sido contada, como tantas otras de las vivencias de un misterio por descubrir.

Buscar en Tagoror