07.04.2023 | Redacción | Poema
Por: Isa Hernández
Me traslada a la infancia la memoria,
en aquellos días de estreno de ropa y zapatos,
donde nos juntábamos con los compañeros de la escuela,
y siguiendo tus pasos, Señor, aprendíamos de los mayores,
transitábamos despacio los caminos empedrados.
La inocencia invadía nuestros corazones,
y con amor cantábamos las saetas de puro sentimiento,
nos desgarrábamos la voz para acompañarte en el sendero,
con melodías celestiales que representaban la pasión.
Las miradas hablaban y todos en recogimiento,
ofrecíamos las emociones contenidas en los adentros del alma,
que cabizbajos solo contemplábamos el espacio,
de las pisadas en la senda marcada.
Los recuerdos afloran como si no hubieran pasado unas cuantas vidas,
tantas como las que quedaron atrás subiendo la cuesta,
hoy parece como si las recordaras más que otros días,
y con voz muy queda elevas tus plegarias,
como implorando perdón y gratitud hasta el final de los tiempos.