Reconociendo a los mitos...Baco

09.07.2024 | Redacción | Escrito

Por: Pilar Medina Rayo

En escultura que nos ocupa, podemos identificar al dios Baco por sus atributos: las hojas de vid y racimos de uvas, un pequeño barril de vino sobre el que apoya su pie izquierdo, acompañado por un pequeño sátiro.

Es el dios del vino, por lo que se le representa con hojas de vides y sus frutos, y el barril como recipiente donde esté se fermenta o guarda. Con respecto al pequeño sátiro, la explicación la encontramos en que Baco es acompañado por un séquito, llamado thiasos, compuesto por ninfas, ménades, faunos y sátiros.

Con respecto a estos últimos, se trata de un ser que en la mitología grecolatina se le representaba con aspecto de hombre de cintura para arriba, patas y orejas cabrunas y cola de caballo o de chivo.

Baco, que también encarna las bendiciones de la naturaleza en general, se le considera de personalidad extrovertida, siempre asociado a las fiestas, la embriaguez y el éxtasis, fue quien enseñó a los mortales el cultivo de la vid y el proceso para elaborar los ricos caldos extraídos de sus frutos. Según la mitología fue el viejo sátiro Sileno, padre adoptivo y compañero de Baco, quien le enseñó a plantar la viña, mientras las musas le mostraron la diversión del canto y el baile.

Se le conoce como el dos veces nacido. Hijo de Júpiter y la mortal Sémele. Estando está embarazada, Juno, esposa del dios y celosa de la relación que éstos mantenían, instiga a la amante de su marido para que pida al dios que se muestre ante ella en su forma divina. Sémele obtuvo de Júpiter la promesa de que haría por ella cualquier cosa, lo que aprovechó para pedirle que apareciera ante ella en todo su poder. Él se negó al principio y rogó que le solicitase cualquier otra cosa, pero la mortal no accedió, por lo que debe cumplir su promesa, sin embargo, la mujer no puede soportar la visión de los rayos de su divinidad y muere.

Mercurio acude a la llamada de su padre, encontrando a un Júpiter desolado. Al ver lo ocurrido, extrae el hijo nonato del vientre de la madre, produciéndose así el primer nacimiento de Baco, y se lo introduce a Júpiter en el muslo, donde completará la gestación y, una vez finalizado su desarrollo, volviendo a nacer.

Baco, que en un principio se le representó como un dios esbelto, bello y poderoso, pasó a ser representado como un dios obeso y festivo. Parece que la transición tuvo lugar en el Barroco. Caravaggio lo representó primero como un joven seductor, cuya vestimenta se desliza de su hombro y nos revela su pecho desnudo para, posteriormente, volver a representarlo como un dios con una figura marchita, enfermo y víctima del alcohol, cuya figura dionisiaca se corresponde aquí con la de un obeso borracho. Esta criatura fea, nada parecida al Baco original, continuó durante todo el período barroco.

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