23.03.2024 | Redacción
Por: Pilar Medina Rayo
En sus inicios, el bautismo se realizaba en ríos o zonas de agua poco profundas para pasar, posteriormente y una vez aceptada la religión cristiana, a practicarlos en piscinas en el interior de los templos o baptisterios, con la intención de ofrecer al acto cierta intimidad.
Estas piscinas eran necesarias para que el adulto entrase en ella. Con el tiempo y después de varias generaciones, ya no había tal necesidad, puesto que los adultos ya habían sido bautizados y estos a su vez llevaban a sus hijos a recibir el sacramento, pero, en este último caso, los hijos que llevaban a recibir el bautismo eran bebés, y este es el motivo por el que los baptisterios dejan de ser una necesidad y son transformados en pequeños estanques cuadrados, más apropiados para sus destinatarios: los bebés.
En esta pila podemos ver perfectamente el tránsito de los antiguos baptisterios a los pequeños estanques cuadrados. Se trata de una pila bautismal cuadrada, de aspecto visigótico de entre los siglos VII-VIII, de líneas rectas y puras, sin ningún tipo de pie, cuya base apoya directamente sobre el suelo.
En cuanto a su ornamentación, ésta es muy simple constando solo con un modesto Crismón trinitario. Actualmente se encuentra en el interior de la iglesia de Basaran, en Formigal (Huesca).
La expresión "Crismón trinitario" nació en la ciudad oscense de Jaca a finales del siglo XI, modificando de forma oportunista y con fines antiheréticos, el ya existente Crismón cristológico, en el que las letras griegas: X, P y S "ji", "rho" y "sigma" respectivamente, hacían referencia exclusiva a Cristo.
El Crismón Jaqués subvierte el valor de estos signos con el objeto de cambiar el significado que tenía hasta entonces y que no reconocía tres personas distintas en la Santísima Trinidad, haciendo que las letras griegas mencionadas vengan a significar otra cosa, así las citadas letras griegas P "rho" y S "sigma" terminarán representando algo bien distinto: Pater y Spíritus.
Los crismones, al igual que las pilas bautismales, también han ido sufriendo sus cambios, por ello podemos encontrar de distinto tipo: TIPO JAQUÉS, TIPO OSCENSE, TIPO NAVARRO que nace a partir de las variantes aragonesas, TIPO CRISTOLÓGICO, TIPO RIBAGIRZANO, TIPO CASTELLANO, TIPO PRIMITIVO, y el de nuestra pila bautismal que se corresponde con el TIPO TRINITARIO SIMPLE.
El Crismón, de la pila de Ruesta, está tallado en relieve, mutilado en la zona de la P por un rebaje en forma de cuadrado. Circular, trinitario de 6 brazos, roseta central y letra S invertida. Letra Alfa recta, plana y lisa, y Omega de llave, estas letras expresan la eternidad de Dios por medio de la primera y la última letra del alfabeto griego, "Alfa y Omega". I. Ap 1,8: “Yo soy el Alfa y la Omega -dice el Señor Dios- el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”