18.09.2023 | Redacción | Relato
Por: Isa Hernández
Entre la multitud buscabas inquieto mi mirada,
mientras la romería seguía su camino,
suspirabas por estar a mi lado con desatino,
como si necesitaras sentirme en tu pecho abrazada.
Tu mirada y la mía se clavaron con pasión,
se besaban con trabazón en el aire del camino,
mi pecho se agitó esperando tu llegada con mimo,
la brisa de la tarde arreboló mi cara de emoción.
Recuerdos de aquellas calles empedradas,
con el alma rebosante de mariposas,
ilusiones desorbitadas y hermosas promesas,
primeros besos y emociones desmesuradas.
Nuestros cuerpos se rozaban entre la gente,
y erizados nos sobraban las palabras de amor,
parecíamos agonizantes con arrobado valor,
enmudecido y trémulo te hacías el valiente.
Unidos y distraídos por la algarabía de la gente,
me apretujabas con la fuerza del trueno,
como si tu deseo ardiente me fuera ajeno,
sin saber que inefable me atabas vigorosamente.