El mejor deseo

20.01.2023 | Redacción | Relato

Por: Isa Hernández

Sentada en la silla del comedor observaba a su madre que miraba una novela en la televisión. Ella hablaba y le iba contando las escenas que aparecían en pantalla, como explicando la situación de la historia, mientras su hija escribía un microrrelato. Su madre acababa de cumplir noventa años y, pese a su edad, mantenía la ilusión de contarle a su hija las mismas cosas cada día como si fuera la primera vez. De pronto su hija se preguntaba cómo era posible que ella se sintiera cansada y sin ganas de contestar, de hecho, lo hacía con monosílabos y con desgana, cuando su madre le demostraba estar tan vital. Una estrella dorada pasó ante sus ojos esmeralda y le abrió la mente, tal si un rayo de luz pálida entrara en su interior y, casi se puso de rodillas agradeciendo al Creador o a quien fuera el tener a su madre sentada en aquel sillón manido del tiempo. Pensó en lo afortunada que era de tenerla en sus plenas facultades, dicharachera y alegre, y, como un relámpago vaticinó en qué haría ella el día que ya no estuviera su madre allí sentada contándole la novela. Todo se oscureció, pero no lo quiso indagar; entonces pidió el mejor deseo de todos los que se le habían ocurrido al Año Nuevo, que su madre siguiera en el mismo lugar, repitiendo lo mismo cada día, otro año más.

Imagen de archivo: Isa Hernández

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