06.01.2018. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
No me avergüenza, ni tengo por qué, decirles que por mi casa no pasaron los Reyes Magos, por dos motivos principales; nuestro escaso poder adquisitivo (nosotros somos pensionistas y recibimos mensualmente una muy discreta cantidad de dinero) y porque soy enemigo del consumismo atroz e irresponsable a que nos tienen acostumbrados los poderosos para amasar cada vez más dinero, en una carrera sin retorno, que aboca a muchas familias a enfrentarse con una terrible "cuesta de enero" y a hacer frente a los plazos mensuales que tienen que abonar por adquirir muchos productos innecesarios o, por lo menos, prescindibles para seguir viviendo.
En mi casa se vieron pocos turrones y polvorones este año, entre otras cosas porque nos invitaron a pasar la Nochebuena en el domicilio de unos amigos y la cena de Fin de Año la hicimos en casa, sin ninguna clase de lujos, con las doce uvas y una botella de sidra asturiana, porque me niego a comprar cava catalán o un caro champán francés y porque los médicos me recomiendan que no consuma bebidas alcohólicas ni en estas Fiestas.
Sé de personas que las van a pasar canutas las primeraa semanas de este nuevo año, sobre todo cuando le lleguen los recibos mensuales de las tarjetas de débito y de crédito, a cuyo uso se aficionan algunos de manera sorprendente y nada lógica, porque el dinero plástico es en definitiva dinero y no unos juguetes para usarlas como niños chicos.
Debemos acostumbrarnos a regalar cosas cuando nos apetece y cuando podemos, con independencia de cualquier fecha señalada, y tenemos que evitar que nos lleve la corriente consumista, aunque nos bombardeen continuamente con publicidad audiovisual de manera muy agresiva.
Seamos responsables en los gastos extraordinarios, porque las cosas no están para hacer dispendios. La gente compra y consume a lo loco y, a fin de cuentas, muchos artículos que adquirimos, si lo pensamos bien, no eran necesarios. Pero hay peorsonas que no meditan y en el pecado llevan la penitencia, como dicen los curas. Y eso.