Que nadie te diga lo que eres o no capaz de hacer

17.04.2021 | Redacción | Relatos

Por: Jesús Lara González de Quevedo

Soy una persona con muchas inquietudes y siempre con ganas de crecer a nivel personal.

Intento por todos los medios no intentar subestimar a nadie en su profesión e incluso apoyo a todo aquel que me demuestra que lucha día a día por conseguir las metas que se propone.

Pero hay circunstancias y momentos en la vida que hacen que tengas que decir “Ya no más”.

Todos en la vida tenemos problemas y todos tenemos que afrontarlo lo mejor que podamos sin que los mesclemos con nuestras rutinas diarias.

Sé que el tema de educación esta colgando de un hilo y que no podemos exigiros más de la cuenta.

Pero por suerte para ustedes o por desgracia en algunos casos sois docentes que estudiasteis para ejercer una carrera en la cual de vuestro esfuerzo depende el futuro de muchos jóvenes. Jóvenes que en ciertos casos desvalorizáis demasiado sin darle la oportunidad de demostrar su potencial porque ya os complica demasiado vuestro trabajo.

Si, si entiendo muy bien eso de que los niños de ahora son muy rebeldes y de que por parte muchos padres tiene la culpa de ello.

¿Y por ello tienen que pagar los demás?

¿No valoráis a esos padres que día a día intentan saber cómo van evolucionando sus hijos?

Esa potestad que tenéis para decirle a un niño que mejor estudie un modulo y no una carrera ¿Os la habéis hecho mirar alguna vez? Yo lo haría, creo que os hace falta.

Sabéis, hay una cosa que se llama autoestima y es una de las principales causas de que por ciertas palabras un niño deje de estudiar. Por suerte hay otros que al cabo de los años os demuestran que vuestras palabras no eran ciertas. Lo que solemos llamar aquí en Andalucía “Una guantá sin mano”. La pena es que son los menos.

Lo que no entiendo es que antes había algo llamado consejería de educación que actuaba en el momento que en un colegio o instituto se observaban gran cantidad de suspensos. Ahora parece que no importa nada. Conozco algunos que dan clases a varias clases y la mayoría suspensos, conociendo a los estudiantes como los conozco y no son de suspender.

Ustedes mismos os habéis faltado al respeto queriendo tratar al alumno como un amigo y no como un profesor o docente. “No, no me llames don José, yo soy Pepito” “No me llames don Manuel, llámame Lolo”.

A mis cuarenta y tres años veo a mi profesor por la calle y lo sigo llamando don Juan, don Francisco, señorita Mari Carmen ó en su caso profesor o profesora.

A parte de la situación en la que vivimos que las actuaciones en clase son poco conceptuales y no se puede explicar todo lo que deben saber, los saturamos a través de internet queriendo que el niño aprenda algo que ni siquiera han dado en clase. Todo un clásico de “Búscate la vida”.

No entiendo a donde queremos llegar con todo ello, ni responsabilizo a todo aquel docente que sabe actuar en los casos complicados y trabajar duro para conseguir todas sus metas. Hablo de aquellos que hasta ustedes mismos os preguntáis;

¿Qué hace esta persona dando clases?

No sé a dónde llegareis pero en el caso que a mí me repercute tened muy claro que voy a ser yo el que voy a pelear como nunca porque la educación de mis hijos sea la que se merecen y que no llegue cualquier maestro liendre y le diga a mis hijos lo que son o no es capaz de hacer.

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