Pinochos

02.08.2021 | Redacción | Opinión

Por: Óscar Izquierdo

Presidente de FEPECO

Bastantes políticos han implantado la mentira como nueva normalidad, falsificando la realidad. Se ve constantemente en los vídeos de las redes sociales, diciendo hoy y mañana abjurando, para después confirmar lo que han negado, todo sin rubor alguno. Hacen declaraciones rimbombantes, pura propaganda, marketing electoral calculado. Todo es imagen, casi nada se hace, sino que simplemente se dice. Viven en su mundo, el de la casta, que venían a abolir y en cambio, se la han adueñado. No tienen credibilidad, todo lo contrario, sirven para difundir falsas noticias, junto a las tradicionales promesas, que casi siempre son incumplidas. Son Pinochos andantes, hablantes y pensantes. Carecen de fiabilidad, quitando confianza, dando inseguridad y exiguos resultados. Así, no avanzamos, porque reina la incertidumbre, sin tener certeza de nada y menos de cumplimientos.

Es todo lo contrario a lo que se necesita en momentos de crisis, que es responsabilidad y altura de miras. Trabajar a destajo para hacer proyectos, no sólo anunciarlos, para después, sacarlos adelante, no quedándose en meras disculpas, cuando se encuentran tropiezos y finalmente ponerlos por obra, ejecutarlos, para conseguir movilizar la economía, porque ya es hora de que sea normal poner la última piedra, que es precisamente lo que falta en Tenerife. Aquí, por lo general, no pasamos de la primera etapa, con foto y sonrisas incluidas, siendo incapaces de recorrer el camino completo, se cansan, se aburren, por cierto, fastidiando, molestando y agobiando al emprendedor o al inversor. Si sumamos a esta coyuntura, la terrible pesadez de una administración pública que no funciona, que no responde a las necesidades actuales, sirviendo sólo para entorpecer, parar y dilatar cualquier proyecto enriquecedor para la sociedad, nos encontramos con la tormenta perfecta, que ni los meteorólogos son capaces de describir.

Recientemente me he encontrado, una vez más, con un caso arquetipo de lo que se sufre en el quehacer de la iniciativa privada en el sector de la construcción. En la Gerencia de Urbanismo de un importante Ayuntamiento de Tenerife, un osado y valiente empresario de la construcción, que son la mayoría, tal como está el percal, presentó una Comunicación Previa, para la ejecución de obras de rehabilitación de fachada, respetando los elementos constructivos y arquitectónicos de un inmueble. Entre que le suspenden el inicio de obras, hasta que se proceda, según su particular parecer, a la subsanación aportando más documentación, que no la piden toda de una vez, sino a cuentagotas. Requerimientos, que parecen que nunca terminan, llevamos más de cuatro meses, sin que la empresa pueda empezar a ejecutar lo que necesita para su mantenimiento o supervivencia. Pero de esta historia, que es cotidiana, en la mayoría de las administraciones locales canarias, lo más esperpéntico es la reacción del concejal de urbanismo de turno, manifestando que cuatro meses para tener la oportuna aprobación administrativa para arreglar una fachada, no es mal plazo, comparado con otros ayuntamientos, quedándose tan fresco y soberbiamente satisfecho de su contestación.

Imagen de archivo: Óscar Izquierdo, presidente de FEPECO

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