11.03.2023 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Que el mundo está revuelto, no es ningún secreto. Es por ello, que en algunas ocasiones dudo en que planeta terrestre estoy viviendo, especialmente porque muchas son las cosas que me confunden y que no le encuentro explicación. Seguramente será por la nueva forma de pensar, vivir y ver la vida, pero con ausencia o carencias de muchos valores humanos. Sin duda, Internet cambió la vida del ser humano en la tierra. El descubrimiento de la tecnología, supuso un gran avance en la evolución de los seres humanos. Parece ser, y tal como está diseñado el nuevo modelo de las sociedades en el mundo en su escenario terrestre; no nos podemos mover sin las herramientas tecnológicas de Internet. Todo o casi todo tiende a digitalizarse, y, cuando se cae la red informática, supone un gran colapso en los distintos sectores laborales de cualquier sociedad donde vivimos.
Ni que decir tiene, que la propaganda mediática que hacen los partidos políticos de cualquier país también juega un gran papel a la hora de convencer a sus respectivos habitantes, concretamente a las nuevas generaciones, haciéndoles ver lo que es bueno y lo que es malo para sus intereses personales. Incluso, intentan borrar lo que fue una parte de la historia de un determinado momento en la vida y desarrollo de un país, los cuales fueron asediados por la invasión de una guerra civil o mundial. De eso Europa sabe mucho, pues no en vano ha sido una gran sufridora de aquellos invasores asesinos. El ejemplo más claro lo tenemos con la reciente invasión de Rusia en Ucrania, aunque muchas son las cosas que no se cuentan y que se siguen ocultando, empleando la propaganda mediática para los intereses de ambos bandos.
Por otro lado, la corrupción en España, en algunas de sus autonomías, viene siendo en pan de cada día. En concreto, y el más reciente, el caso Mediador deja bien claro hasta donde puede llegar la ambición del ser humano. El caso de la trama corrupta denominada como Mediador no es ningún secreto; máxime cuando ha sido noticia mediática en toda Europa y gran parte del mundo. Del mismo modo, que los algoritmos (robots) inteligentes de las redes sociales, no censuren o veten la libertad de pensamiento y de expresión reflejada en la Constitución española.
Se puede opinar sin faltar el respeto a las ideologías; banderas, instituciones gubernamentales y personas. Vivimos en un Estado de Derecho y pluralista. Seamos honrados y democráticos, pero que esos algoritmos; robots inteligentes de las redes sociales, no se conviertan en dictadores de las libertades y derechos y obligaciones de todos los españoles.