Rodeados de egocéntricos

02.10.2016. Las Palmas de Gran Canaria.

Redacción

“Rodeados de egocéntricos.”

Por Mª José Godoy Bellas.

Con el paso de los años he descubierto que estamos rodeados de personas egocéntricas. El egocentrismo es una forma de vivir, basada en la necesidad de ser el centro de atención anulando los intereses y deseos de las otras personas.

En el artículo que hoy nos ocupa trataré dos formas de comportamientos en los que la sociedad actual está inmersa y somos proclives a caer en manos de sujetos con un alto grado de egoísmo.

Entre los diferentes casos egocéntricos los más comunes son: La Auto- validación innata que consiste en la fuerte creencia de mantener mi posición aunque nunca haya sido justificada; y El Egoísmo innato que se aferra a unas creencias por cuestiones de poder o beneficio económico que proporcione credibilidad y buena posición social llegando la persona a alterar incluso la verdad: esta última es la más usada en nuestra sociedad individualista y competitiva. Las personas ególatras procesan su realidad otorgando altísimo valor a su propia visión y presionan al entorno para que se adapte a él. Suelen ser el vivo retrato del oportunista. En pleno siglo XXI, con la crisis económica que vivimos son muchos los ególatras que utilizan su buena predisposición para controlar al resto. Sus actuaciones en la mayoría de los casos suelen adornarlas con una multitud de acciones que a simple vista crea un halo de su buen hacer, pero la verdadera realidad es otra.

Este tipo de conductas es una insatisfacción e inadaptación más o menos extremas a la vida, esto es, la soledad íntima, la inmadurez, el desamor, el miedo. Las consecuencias del egocentrismo determinan el tipo de interacción y relaciones del individuo con su entorno, causando por lo general aislamiento, relaciones manipuladoras y vacío existencial.

El egocentrismo no es sino una sobrevaloración de la propia persona y de sus propias ideas. Así, el egocéntrico piensa que es el dueño absoluto de la verdad y se frustra fácilmente cuando no logra sus metas o cuando las personas no cumplen sus órdenes.

En mi opinión estamos metidos en una filosofía capitalista que se fundamenta en la filosofía del éxito y la competitividad, que en definitiva es una filosofía del egocentrismo y de la ambición.

Dibujo: Mª. José Godoy Bellas

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María José Godoy Bellas

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