05.03.2019 | Redacción | Opinión
Por: Óscar Izquierdo
Presidente de Fepeco
Hay que destacar la transcendencia del sector de la construcción en nuestra comunidad autónoma. Puede entenderse como un argumento reiterativo y, sin embargo, resulta casi forzoso, dado que no se ha acabado de percibir su función tan vital. Efectivamente, construir es adaptar la naturaleza física a las necesidades básicas de las personas y de la sociedad. Humaniza la geografía, al disponerla a un mejor servicio a sus residentes. Se construye para aumentar la calidad de vida y el bienestar social, siendo una actividad imprescindible para el desarrollo de las más variadas relaciones, desde las primarias, a través de la vivienda, a las de más contenido social como centros docentes o sanitarios.
En Canarias padecemos una grave deficiencia en dotación de infraestructuras, debido principalmente al desconocimiento, por parte de la Administración central, de una realidad archipelágica, insular, en medio del Atlántico, que no ha recibido históricamente la financiación suficiente. Y por otro lado, la evidente falta de gestión de la Administración canaria, incapaz de cumplimentar plazos, proyectos y planificaciones. Por lo tanto, es recomendable un mayor esfuerzo, que haga posible generar infraestructuras básicas o estructurales, que permitan desarrollar la actividad productiva en las mejores condiciones posibles y deseables.
Todos los territorios que gozan de un alto nivel de desarrollo integral disponen de las infraestructuras que permiten su crecimiento económico y social. Las redes de transporte, carreteras y comunicaciones; de energía, hidráulicas, equipamientos comunitarios en sanidad, educación, cultura, deporte y ocio; hacen más eficaces todos los procesos socioeconómicos de producción, distribución; facilitando el consumo responsable y la integración de todos los factores productivos, que inciden para conformar una convivencia saludable y beneficiosa. Hay que articular una política valiente que estimule la inversión, que seguro tendrá repercusiones positivas para todos y por eso se necesita una administración eficaz y rápida. El retraso sistemático de cualquier gestión burocrática no se entiende en un mundo digitalizado. Hace falta modernizarla, que no significa hacerla más grande, sino mejor, con capacidad de reacción, dando respuesta con soluciones, al tejido empresarial en particular y a la ciudadanía en general.
Tenemos que construir sobre lo construido, que es sencillamente rehabilitar, reformar, conservar o mantener, pero también, hay que edificar obra nueva, la demanda está pidiéndola imperiosamente, las necesidades son muchas y la respuesta está en la eficiencia energética, la accesibilidad, la digitalización, productos novedosos, nuevas formas constructivas, para hacer la vida más confortable. Es decir, incorporar las mejores soluciones constructivas y tecnológicas, que permitan mejorar los plazos, los costes y la calidad de las nuevas promociones. Porque el sector no sólo crea trabajos, sino que también capta mayor cualificación en los perfiles profesionales, sin olvidar que, por cada puesto laboral creado por la construcción, se añaden 2,6 en otros sectores económicos, que se ven influenciados y potenciados por la actividad constructiva, por lo que se deduce que el beneficio es mayoritario, o como se dice ahora, global.
Es una buena noticia, además de esperanzadora, que la construcción vuelva a asumir un papel preponderante en la economía canaria, porque implica trabajo, empleo, actividad, mejoras, comodidad, confort. Ahora solo falta que las administraciones públicas no pongan pegas, sean más diligentes, no entorpezcan las iniciativas e inversiones con su habitual torpeza. Aunque a algunos no les guste y se irriten, la construcción suma potencialidades, sirviendo para el desarrollo sostenible, es una evidencia.
Imagen de archivo: dparquitectura.es | Óscar Izquierdo, presidente de Fedeco