El riesgo de la libertad de prensa

14.09.2019 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

La libertad de prensa sigue siendo un riesgo que en muchas ocasiones se paga con la muerte. Sobre todo en aquellos países que están gobernados por las dictaduras férreas. Una profesión, que sirve para que un país pueda estar informado, pero especialmente para que sirva como soporte en las democracias y las libertades y derechos de las personas. Una democracia no se podría entender sin un periodismo democrático y transparente. El periódico La Patilla publica en uno de sus apartado un interesante artículo, donde lo titula: Libertad de prensa bajo fuego: Una cumbre en Londres busca encender las alarmas mundiales.

Fake News, Deep Fakes, una revolución tecnológica sin precedentes que obliga a reconfigurar el oficio cada día, plataformas digitales que se quedan con el grueso de la torta publicitaria, regímenes autoritarios y populistas que hacen del insulto, la persecución y la amenaza su modo de relación con la prensa y los asesinatos en niveles récord. Así lo reseña infobae.com

Nunca antes se cernieron sobre el periodismo y los medios tantas amenazas convergentes. El año pasado fue el de mayor violencia y abusos contra la prensa desde que se tenga registro. La ONU contabilizó al menos 99 periodistas asesinados, 348 encarcelados y 60 tomados como rehenes. Reporteros Sin Fronteras detectó que se revirtió la tendencia decreciente de los tres años anteriores. México, con nueve periodistas asesinados en 2018, es el país sin conflicto bélico más peligroso para la prensa.

En Venezuela, la persecución y asfixia de la prensa crítica es una constante. Desde le llegada de Nicolás Maduro al poder en 2013, han cerrado al menos 115 medios. El Sindicato Nacional de Trabajadores de Prensa acaba de informar que en lo que va de este año 55 comunicadores fueron apresados y se produjeron 244 ataques a la libertad de prensa.

Decenas de periodistas nicaragüenses han tenido que exiliarse para poder seguir informando de lo que ocurre en su país. Los principales diarios se están quedando sin papel por el bloqueo que impuso Daniel Ortega. Dos periodistas acaban de ser liberados en Managua luego de seis meses de tortura en una de las cárceles del régimen y la clausura de su canal de TV.

Freedom House calculó que nueve de cada diez crímenes contra periodistas permanecen impunes y apenas un 10% de la población mundial goza un ambiente con libertad de prensa plena.

Sobre las amenazas a la integridad física se suma la laboral, a la que expone la reconversión de la industria. La agencia Bloomberg informó la semana pasada que tres mil periodistas perdieron su empleo en 2019 en Estados Unidos y la plantilla total de los medios estadounidenses se redujo en un cuarto en la última década. Y esto, en el país con la industria de medios más poderosa. El resto del planeta es un tembladeral.

En este contexto, los gobiernos del Reino Unido y Canadá convocaron para este miércoles y jueves en Londres a una Conferencia Mundial sobre Libertad de Prensa en la que funcionarios, periodistas, académicos y empresarios de medios de todo los cinco continentes expondrán los desafíos del momento e intentarán acordar un marco de garantías para una prensa libre que siga “jugando su rol vital en la protección de los derechos humanos y la rendición de cuentas de los poderosos, como parte esencial de democracias vibrantes y saludables”, como reza la convocatoria.

Los cancilleres del Reino Unido y Canadá, Jeremy Hunt y Chrystia Freeland, serán los anfitriones formales junto a Amal Clooney, la abogada británico-libanesa especializada en la defensa de periodistas perseguidos alrededor del mundo que fue designada en abril como Enviada Especial del Reino Unido para la Libertad de Prensa.

“Nunca fue tan difícil reportar la noticias. Aquellos con un bolígrafo en su mano no deben sentir una soga alrededor de su cuello“, dijo la esposa de George Clooney al aceptar su cargo honorífico.

Signo de los tiempos, la Conferencia tendrá lugar en un antiguo galpón en el que funcionó hasta 2013 una de las plantas impresoras más grandes de Europa en la que se imprimían los diarios Daily Mail, Evening Standard y Metro. Restos de aquellas máquinas adornan el hoy reformado salón de eventos en el que se alzará la voz de alerta para salvar el periodismo.

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