Durante el día de hoy han dado comienzo las obras de creación de un albergue para senderistas utilizando el edificio que antaño albergaba el mirador del Mazapé, consiguiendo con ello no sólo rescatar la infraestructura de una más que probable demolición, sino también dotando a San Juan de la Rambla de un recurso clave para el desarrollo del turismo local.
Con un presupuesto estimado que ronda los 200.000 euros, el proyecto permite mantener gran parte de las dependencias actuales del edificio por ser compatibles con el nuevo uso como albergue, realizando trabajos de mejora y restauración en la cocina, almacén, cuarto de instalaciones, hall-recepción y comedor. En cambio, sí se actuará en el comedor y restaurante, creando en ese espacio cuatro habitaciones para visitantes, una para personal, modificaciones en los aseos y zonas de duchas estableciendo dos zonas diferenciadas y la creación de un cuarto de lavandería con acceso exterior. Cabe recordar que el albergue está pensado para dar alojamiento a una treintena de senderistas.
Por otro lado, una vez concluida la reforma del edificio y la reposición de todos aquellos elementos que han sido dañados por diferentes espolios y actos vandálicos, se actuará en el exterior limpiando las zonas verdes y reparando barandillas y cerramiento. Se contempla además una nueva carpintería de aluminio exterior, de madera en el caso del interior, nuevos aparatos sanitarios y renovar las instalaciones eléctricas, de fontanería y el equipamiento.
“Tras quedar más que demostrada la ineficiencia del edificio como restaurante, por responsabilidad no podíamos permitir que la instalación se convirtiera en una ruina en manos del tiempo. Tras plantear su conversión en albergue al Cabildo y recibir la autorización, entendiendo que es la mejor opción dada su situación y características, nos pusimos manos a la obra y por suerte ya es una feliz realidad”, expone la alcaldesa Fidela Velázquez.
Cabe recordar que la instalación se encuentra en pleno paisaje protegido “Los Campeches, Tigaiga y Ruiz”, rodeado de senderos como el del Barranco Ruiz, o la Fuente del Bardo y Fuente de Rey, que reciben al mes cientos de visitantes. Inició su construcción en la década de los 90. Hasta 2011 la Administración Insultar llevó a cabo diferentes adjudicaciones de explotación sin éxito. En 2013 cerró definitivamente las puertas como mirador.
Las obras están siendo ejecutadas por la empresa ZIMA Desarrollos Integrales SL y tiene un plazo de desarrollo de dos meses.