11.09.2017. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Todo el mundo sabe que donar sangre es fundamental para salvar determinadas vidas humanas o para mejorar el estado de salud de nuestro semejantes enfermos, por lo que me parece oportuno dar a conocer algunos datos de esta actividad.
En nuestras Islas, desde hace ya algunos años, existe el ICHH, que es el Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia, que es el encargado de fomentar esta acción solidaria y de controlar, analizar y distribuir por hospitales, clínicas y centros médicos del Archipiélago, desde dos centros regionales, uno en Santa Cruz de Tenerife y otro en Las Palmas, para las dos provincias insulares.
La otra mañana acudió a una sala de espera de pacientes del Hospital de la Candelaria --que es, de hecho, mi segundo hogar-- una técnico del ICHH, muy agradable y simpática, que dio una charla improvisada sobre la necesidad de donar sangre a los que estábamos en ese momento en aquellas dependencias.
Mi deformación y mi curiosidad profesionales me llevaron a hacerle una serie de preguntas que se me ocurrieron en aquellos instantes y me pude enterar, de primera mano, de algunas cosas interesantes, como por ejemplo que el Archipiélago, de manera incomprensible, está a la cabeza del país en donación de órganos y a la cola en donaciones de sangre, lo que a simple vista parece un contrasentido.
También supe que el ICHH tiene fritos con las donaciones a los cuerpos y fuerzas de seguridad de la provincia tinerfeña, como muchos miembros del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, diversas policías locales y, de manera especial, a los profesionales del Ejército., a los que recurren en casos urgentes por falta de plasma o de plaquetas sanguíneas.
En cuanto a número de donaciones, destaca la solidaridad de los habitantes de Guía de Isora, Playa de San Juan y Alcalá, en Tenerife; de Los Llanos y la zona de influencia del Valle de Aridane, en La Palma y el alto índice de voluntarios en la Isla de El Hierro en función de su escasa población, mientras los residentes en La Gomera parecen ser los isleños más remisos, porque en el territorio colombino hay, al parecer, menor numero de donantes, lo cual no dejar de ser curioso y llamativo.
Quien esto escribe no puede donar sangre porque soy un diabético insulinodependiente, y tampoco pueden hacerlo los menores de edad, las personas que pesen menos de 50 kilos, los mayores de 60 años (de 65 si han sido donantes con anterioridad) y otras personas que hayan padecido diversas enfermedades, como VIH, Hepatitis y otros dolencias, para evitar contagios.
Tampoco sabía que el ICHH analiza los fluidos sanguíneos humanos cinco veces en cada proceso y que es necesaria la colaboración de varios donantes para poder "fabricar" una bolsa para trasfundir.
Si tienen oportunidad y pueden, donen sangre. Nunca se sabe cuándo la podemos necesitar en un momento determinado nosotros o nuestros familiares y seres queridos. Es de justicia.