Paco Pérez20.12.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
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Un Tenerife moribundo, que tiró por la borda la primera parte (por culpa, sobre todo, de Baraja, que dispuso mal a sus jugadores) perdió lamentablemente a última hora este viernes en el estadio de Riazor, frente la Deportivo de la Coruña, por 2 goles a 1.
El club insular no dio una a derechas en todo el primer período y ya a los 21 minutos de iniciado el choque perdía por 1-0, porque Santos cabeceó de manera magistral un centro desde fuera del área, que cogió descolocado a Carlos Ruiz en la marca.
Antes, Adrián Ortolá, el portero blanquiazul, acertó a desviar un tiro de penalty lanzado por Aketxe, que finamente despejó Alberto.
En el segundo acto, el partido pareció coger otro ritmo de juego, porque los deportivistas atrasaron y juntaron sus líneas y porque el entrenador del Tenerife se dio cuenta de la nulidad de Naranjo como delantero y de que Luis Milla no puede nunca jugar por detrás de Aitor Sanz, porque lo suyo no es destruir sino crear.
Así, los visitantes tuvieron varias ocasiones para marcar (Malbásic en el 58, Elliot en el 69 y Bermejo en el 81). Dani Gómez, en el 73, estrelló un cabezazo en el larguero de la portería de su tocayo. No hubo manera de perforar la puerta del equipo coruñés.
El empate llegó como consecuencia de otro penalty, esta vez en el área local, que el capitán Suso Santana --que había entrado unos minutos antes-- transformo batiendo a Jiménez por la escuadra de su marco.
Lo que tanto había costado conseguir se deshizo en el minuto 95, al marcar Nolaskoain el tanto definitivo a la salida de un córner, en un nuevo y garrafal fallo de la defensa tinerfeñista.
El Tenerife se muere lentamente...
Imagen de archivo: Estadio de Riazor (Deportivo de La Corña)
