30.11.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Volvieron los fantasmas al "Heliodoro Rodríguez" y el Tenerife tampoco pudo ganar este sábado al Almería, un equipo que, sin esforzarse demasiado, le endosó tres goles (1-3) al conjunto insular, con lo que son ya ocho los encuentros seguidos que los blanquiazules no ganan en su propio campo, convirtiéndose en la peor escuadra como local de la presente temporada, junto al Deportivo de la Coruña.
Podemos afirmar que el Tete se flageló y como penitencia pagó una lamentable derrota, que por fallos propios le está conduciendo irremisiblemente hacia el descenso, porque aunque queden aún muchos partidos por disputar, la dinámica no cambia y parece que esto no lo arregla ni el médico chino, como se dice popularmente.
Alberto Jiménez, el defensa majorero, cometió --otra vez-- un error infantil y producto de esa metedura de pata vino el primer gol visitante, marcado a los 27 minutos (0-1) por José Carlos Lazo, quien repitió tanto cinco minutos después, en el 32, por otro desliz de la defensa tinerfeñista.
A pesar del marcador en contra, el Tenerife se sobrepuso a la adversidad y Borja Lasso, de un gran cabezazo, redujo distancias en el marcador (1-2), marcando a siete minutos del descanso, de tal forma que el Almería acabó el primer tiempo pidiendo la hora, ante la reacción de los locales.
En el segundo período mejoró la actuación del conjunto blanquiazul, aunque su juego fue bastante precipitado y los jugadores se mostraron ansiosos por empatar, al menos, un choque que se le puso muy cuesta arriba, ante un equipo muy bien dispuesto en el terreno de juego y que ganó con comodidad, con un gol postrero (1-3) obra de Sergio Aguza en el descuento (minuto 96), por lo que el conjunto de Guti se mantiene en la segunda posición de la tabla, en puesto de ascenso directo.
Este Tenerife está gafado y mientras su presidente siga empeñado en serlo, no habrá soluciones a la vista. Este club necesita un cambio radical y profundo. Y el que no quiera verlo, que se tape los ojos.