17.02.2018. Gáldar
Gáldar despidió este viernes su Carnaval de la Televisión con el tradicional Entierro de la Sardina que partió a las nueve de la noche desde el Polideportivo Municipal Juan Vega Mateos recorriendo las calles de la ciudad y hasta su llegada en el frontis del Casino, cuando el alcalde procedió a su quema ante los llantos desconsolados de los que no querían que acabara esta fiesta y tener que esperar hasta el año que viene su regreso.
Fue por ello que no hubo excusa para quedarse en casa y así cientos de viudas alegres salieron a la calle a divertirse y a consolarse juntas de tanta tristeza, eso si, sin dejar de bailar tras la carroza de la sardina mientras los más jóvenes se disputaban un sitio tras la guagua que ambientaba musicalmente el desfile, con el que se pone fin a quince días de desenfreno.
Las mamá chicho que combinaron sus faldas de volantes de colores con el negro , azafatas compungidas, el alcalde Teodoro Sosa, junto a los concejales, sorprendiendo una vez más, de riguroso luto con detalles de fantasía y brillos, animando y encabezando una comitiva que solo quería fiesta y acompañados como es tradición por el pregonero, Juan Martín con su disfraz de maestro de ceremonia. Un desfile interminable lleno de picardía y viudas de falsas lágrimas.
En la confluencia de las calles Santiago y Drago se amplió el cortejo fúnebre al que se fueron incorporando algún que otro obispo, hombres con diminutos trajes, más disfraces, purpurina y tocados con velos, para encarar el tramo final de la calle Capitán Quesada y hacia el fuego purificador que acaba con estas carnestolendas en las que ni la amenaza de lluvia ha podido con ellas.
Además del pregón, gala drag, desfile infantil, la gala de las personas con discapacidad, celebrados en el polideportivo municipal y bajo techo por la lluvia, los vecinos han podido disfrutar de su carnaval en la calle, de la cabalgata y el carnaval en familia, del carnaval más joven y de los mogollones en la Plaza de Santiago. Y como broche final este emotivo entierro de la sardina que se prolongó hasta la madrugada con el mogollón de la Plaza de Santiago y muchos ya pensando cuál será la alegoría y qué disfraz elegirán para el próximo año.
En un no parar constante La villa de Almonacid de Zorita terminó en la tarde de ayer el sencillo programa con el que ha celebrado el Carnaval de 2018, logrando que la alegría y los disfraces fundieran el intenso frío que ha hecho estos días en La Alcarria, sobre todo a lo largo del fin de semana.
El pasado sábado, día 10 de febrero, los músicos de la charanga 'Los Chicuelos' condujeron la alegría carnavalera y los disfraces por el casco histórico de Almonacid. El pasacalles tuvo origen y destino final en el Casón de los Condes de Saceda, después de hacer diferentes paradas en otros tantos lugares emblemáticos de la villa. Una vez dentro del Casón, a resguardo del frío intenso que hacía en la villa almorcileña, los integrantes de la comparsa se sacudieron la helada con un chocolate bien calentito. Además, los integrantes de las asociaciones entregaron regalos a los almorcileños disfrazados.
La fiesta continuó hasta pasadas las diez de la noche. Fueron muchos los niños y jóvenes que se unieron a ella, incentivados por el buen hacer musical de la charanga, cuyos miembros proceden de distintos pueblos, todos de La Alcarria.
Ayer, miércoles de ceniza, acabó el carnaval almorcileño, con la típica hoguera en la Plaza del Ayuntamiento, en la que se quemó la sardina que habían fabricado los niños de la ludoteca, y una sardinada, que al igual que el chocolate del día de carnnaval.