Un mundo cada vez más difícil de entender

25.02.2023 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

Este mundo cada vez lo entiendo menos. Guerras; terremotos, corrupción, cambio climático, pobreza, desigualdad, violencia de género, explotación laboral infantil, prostitución infantil, trafico de órganos, mafias controladoras de drogas, laboratorios experimentales humanos de virus asesinos y perdidas de valores humanos. Así se define el mundo en este comienzo de siglo XXI. Por todo ello, reconozco que no es nada fácil vivir en un mundo tan desigual como el nuestro. La pérdida del lado humano y de los valores más significativos que pueden tener las personas, motivan un desorden total y absoluto en la convivencia del día a día en cualquier sociedad del planeta tierra. Por si fuera poco, cada vez son más las enfermedades que van apareciendo, especialmente el cáncer. Enfermedad que sigue haciendo estrago en este nuevo siglo- Y aunque la ciencia haya avanzado mucho en su descubrimiento, todavía queda mucho por investigar. De igual manera, otras tantas patologías peligrosas de cara a la salud de millones de personas aparecen por múltiples de causas que bien pudieran ser por: ¿la vejez?; ¿comidas basuras? ¿venenos o pesticidas que ponen en las frutas y verduras?, ¿carnes adulteradas?, ¿bebidas con azucares?, etc. Esto quiere decir que vivimos en un mundo adulterado y nada natural. Mientras tanto, y observando como vivimos, no queda otra que seguir resistiendo, luchando hasta que el cuerpo aguante.

¿Qué podemos hacer para vivir en un mundo mejor, más igualitario y sano? Sinceramente, no tengo la varita mágica para cambiar el mundo, pero sí que podemos colaborar entre todos para vivir y proteger mucho mejor el escenario terrestre donde vivimos. Si respetamos y protegemos el medioambiente; si cuidamos y controlamos nuestras ambiciones destructivas; si buscamos y valoramos el lado humano de cada uno de nosotros, si somos más solidarios con los más necesitados y respetamos la vida de la naturaleza en la tierra donde convivimos, seguramente la vida de los seres humanos, al igual que la de los animales y las plantas, estarían mucho mejor. Entiendo que es muy complejo y dificultoso vivir con ciertas comodidades, sobre todo cuando comienzas a elaborar un futuro personal y familiar, pero no debemos bajar la “guardia” y seguir en la búsqueda de cada objetivo y metas. ¿De quién o quiénes dependemos? Desgraciadamente de los poderes fácticos, especialmente por los gobiernos que representan cada país en el mundo. Algunos pueden resultar democráticos, pero otros resultan dictadores, tanto en las extremas derechas como en las extremas izquierdas. Lo que ellos, esos gobernantes decidan, depende el presente y futuro de un país. Por lo tanto, el pueblo es el que sufre siempre la peor parte; máxime cuando un dictador intenta invadir un territorio que no es el suyo por la fuerza.

Tampoco quiero olvidarme de la inseguridad que vivimos en muchas sociedades. Por ejemplo, en España, aunque todavía hay cierta seguridad y libertad, muchos son los acontecimientos que vienen sucediéndose cada día, motivados por los robos con fuerza; violencia de género, crímenes por ajuste de cuenta, quema de banderas españolas y la presencia de millones de extranjeros que han convertido verdaderas ciudades cosmopolitas, resultando la convivencia de muchas culturas distintas en el territorio español. En fin, no nos queda otra que adaptarnos a las pautas y directrices del país donde vivimos, pero también de lo que digan los vecinos y aliados de Europa y de la mentalidad Occidental- Por mi parte, y en lo que se refiere a una reflexión personal y subjetiva, seguiré viviendo mi vida lo mejor que pueda, ayudando a las causas más justificadas y necesitadas, pero sin olvidarme que yo también soy un cuerpo humano experimental; una especia de conejito de India de aquellos laboratorios humanos que necesitan lanzar virus asesinos para fortalecer más las producciones de las industrias farmacéuticas. Con el propósito de cambiar el mundo en todos sus aspectos como lo cambió la Covid-19.

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