29.06.2024 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Otro mes que se esfuma como la madera cuando arde, y, lo hace como todos los meses anteriores referenciados por acontecimientos alegres y tristes. La parte positiva son aquellos países que gozan de paz, libertades y derechos desde los ''vientres de las democracias. El lado negativo, las guerras crueles, el hambre en el mundo, las dictaduras radicales, la ambición depredadora del ser humano, la 'muerte' de los valores morales, el incierto futuro laboral de las nuevas generaciones, la pederastia dentro de la Iglesia Católica y la corrupción en las clases políticas, motivan un desorden mundial sin precedentes. Es así como está estructurado el actual mundo de este comienzo de siglo XXI.
El calendario de la vida de los seres humanos es el mismo. Es decir, doce hojas numeradas en un orden que equivale a 365 días, cinco horas, 48 minutos y 46 segundos. En cambio, los que si cambiamos somos nosotros. Nacemos y morimos, tras pasar por unas etapas del desarrollo humano como son: etapa pre-natal. Primera infancia. Niñez. Adolescencia. Adultez y ancianidad. Dicho esto, lo que deseamos es vivir muchos años, pero con calidad de vida. Tener salud para poder trabajar, un futuro consolidado, una familia, un buen puesto de trabajo y una buena nómina que nos permitan tener ciertas comodidades. Claro, ustedes dirán: “eso es lo que nos gustaría tener todos”. Por supuesto, no es tarea fácil conseguir logros exitosos en este mundo.
Lo cierto es, que ninguno de nosotros tenemos una varita mágica para hacer milagros, pero si tenemos la inteligencia para hacer un mundo mejor desde la humildad, bondad, nobleza, solidaridad y compromiso para hacer unas leyes que permitan el respeto, igualdad y prioridad en función de ver un mundo más justo e igualitario. Alguien me puede decir que esas leyes ya están en lo libros institucionales de las democracias. Cierto, pero desgraciadamente algunos países del planeta tierra lo pasan por alto.
Así pues, seguiremos luchando por sobrevivir en un mundo complejo y lleno de incertidumbres. Lo importante, pese a los años que tengamos, es tener salud para vivir, disfrutar y hacer cosas importantes que ayuden a construir mucho mejor el actual planeta tierra.