05.08.2023
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
En ocasione intento escribir y no encuentro la manera de comenzar un artículo que me inspire la vena literaria. De todas manera, por lo menos lo intento y cuando logre consolidar las cinco primera líneas puedo decir que el motor literario ya arrancó. Hace poco, después de mucho tiempo, visité el precioso barrio pesquero de San Andrés, el cual ha sido inspiración de muchos grupos populares folclóricos de nuestra tierra; logrando estrofas artísticas como: "San Andrés lindo y pesquero, el de las blancas casitas, que se pierden en el aire allá por Las Teresita". San Andrés lindo y pesquero el de las blancas casitas, que se miran luminosas allá por las Teresita. Si las sirenas supieran donde se esconde un lucero, quedarían para siempre en mi barrio marinero. ¡Viva San Andrés y los pescadores! ¡Viva mi morena, ramito de flores! Que yo tengo un barco valiente y ligero. ¡Qué viva mi barco, mi barco velero! San Andrés lindo y pesquero el de las blancas casitas, que se miran luminosas alla por Las Teresitas. Si las sirenas supieran donde se esconde un lucero, quedarían para siempre en mi barrio marinero. ¡Viva San Andrés y los pescadores! ¡Viva mi morena, ramito de flores! Que yo tengo un barco valiente y ligero. ¡Qué viva mi barco, mi barco velero!
Por otro lado, tengo que reconocer que resultó ser una mañana agradable; paseando y viendo sus rincones y calles estrechas, donde las casas están junta y todo el mundo se conocen. Un pueblo pesquero que insiste en conservar su tradición; pero también guardar y cuaidar celosamente su historia de un pasado que aún permanece en el presente como es la famosa torre o Castilo de San Andrés, que según data en Wikipedia, es una antigua fortaleza militar que tenía como misión estratégica la defensa de la isla. Y goza de atractivo histórico por su relación con el frustrado ataque del almirante inglés Horacio Nelson a Santa Cruz de Tenerife en 1797. Bien, a lo que iba, con el transcurso del tiempo, San Andrés ha evolucionado mucho, especialmente en su maravillosa playa de arena amarilla y por el nuevo dique se contención en su costa, motivando un mayor número de cafeterías, restaurantes y casas de comidas; ofreciendo productos frescos de la zona, destacando el pescado, potas, pulpos y lapas al margen de otros productos frescos culinarios del propio barrio pesquero. Sin duda, es una suerte y un privilegio visitar el citado barrio de pescadores; un lugar costero donde sus habitantes se muestra amables y colaboradores a cualquier pregunta. Una plaza rodeada de varios árboles de india o laureles que dan sombra a las personas mayores y jóvenes que disfrutan de un momento de relax. Gente de todos lados caminando y degustando la gastronomía local en las múltiples mesas que están en el exterior. Un pueblo costero que seduce y te invita a vivir y respirar por unas horas la briza fina y fresca del mar que le rodea.