11.06.2022 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Que los tiempos han cambiado, no me queda ninguna duda. El pan ya no es como en la época de mi infancia. Ahora viene congelado y hecho en maquinarias industriales de la nueva época vanguardista. Lo curioso, es que lo venden como pan de leña. Nada más lejos de la realidad. De la misma manera, los derbis deportivos entre el CD Tenerife y la UD Las Palmas, dictan mucho de lo que fueron en otra etapa de mi vida. Ahora, el lenguaje oral y las campañas mediáticas se encargan de calentar motores ante de los encuentros. Por si fuera poco, Jonathan Viera, capitán de la UD Las Palmas, pasará a la historia deportiva por su famosa frase viral: “veo mucha fiesta aquí”, pero les esperamos el sábado en el Gran Canaria”. La espera tan deseada por para Jonathan Viera y la UD Las Palmas, resultó ser frustrante y dolorosa psicológicamente.
Lo cierto es, que con el transcurso del tiempo todo ha ido cambiando. Incluso, a la hora de enamorarte de una persona. En otra época, en aquella capital tinerfeña de los años sesenta, los pibes de esa época solían comprar un ramito de flores o invitar a la chica a un cine, siempre y cuando tuvieras dinero para ello. También, dar un paseo por el Parque García Sanabria cuando aún no tenía alumbrado público. Ahora, y ante una nueva generación más evolucionista y pasota, el detalle del regalo se consolida a través de un donut o unas papas locas. Y si no que se lo pregunte al programa de ´First Dates´.
Por otro lado, y en lo que respecta a la alimentación, el cuerpo humano se resiente ante tanta porquería y tratamientos químicos que los laboratorios humanos utilizan para engordar a los animales y productos alimenticios, los cuales se ven adulterados en toda su esencia natural, motivando que con el tiempo el cuerpo humano se vea alterado por unas series de enfermedades. Por lo tanto, aquellas comidas tradicionales, muchas de ellas realizadas con leña y cocinillas de petróleo, ya no existen en la actualidad, salvo excepciones las recetas culinarias de nuestros abuelos. Mientras tanto, la evolución de la vida sigue su curso y las nuevas tecnologías de internet se impone en un nuevo mundo desigual en todas sus dimensiones. Menos mal que nosotros en Canarias todavía seguimos conservando la cultura tradicional del gofio. Un cereal, que poco a poco se va reconociendo y conociendo en muchos puntos de la península ibérica. También, sigo manteniendo la tradición de comerme de vez en cuando, un bocadillo de sardinas con cebollas y tomates.
Tengo que reconocer, que muerto el caudillo la democracia en España se hizo realidad, significando más libertad y derechos de todos los españoles. España se volvió más liberal y con más gritos reivindicativos en sus derechos y obligaciones. Incluso, en la libertad sexual. También, en los derechos de las parejas gey mde ambos sexos. Todo ello, significó un cambio bastante difícil para la generación anterior, la cual tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos.
Bueno, no quiero seguir cansándoles con mis pensamientos y mi forma de ver la vida, pero si escribo lo que fue una parte de mi pasado y lo que es ahora mi presente. Por cierto, añoro aquella avenida marítima de aquél Santa Cruz en vía de evolución y transformación, pero con la equivocación de la clase política de aquella época en permitir que la ciudad de Santa Cruz de Tenerife quedara de espaldas al mar. En fin, tengo que reconocer que he tenido que adaptarme a las nuevas formas de vivir en un mundo que nada tiene que ver con el que yo viví, pero también entiendo que es lógico, pues las generaciones se van sucediendo y a la vez van evolucionando, aunque lo de la evolución es un tema a debatir y al gusto del consumidor o del lector.
Imagen: Rafael J. Lutzardo Hernández | CEDIDA