Nos examinamos todos los días

18.05.2024 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

El tiempo pasa entre alegrías y desgracias, pero así son las leyes de la naturaleza, aunque las del planeta tierra también son tremendamente mortales. En ocasione, pienso si de verdad somos personas que luchamos por algo que tiene sentido o somos actores de la vida sin darnos cuenta. Lo cierto es, que estamos vivos y podemos tener la suerte de pensar y reflexionar. Asumo la realidad de mi vida. Es decir, ¿cuántos años me quedan de vida? No lo sé, pero por lógica y teniendo en cuenta mi edad actual, creo entender que me quedan a lo sumo unos quince o veinte años más. Bueno, que sea la vida la que decida el tiempo que debo de estar con vida en este mundo.

Mientras tanto, seguiré luchando y viviendo como el primer día que tuve uso de razón; donde hay motivos suficientes para pensar que hay un sentido prioritario para vivir, especialmente porque la vida es un regalo que nos da el Dios del universo. Del mismo modo, muchas han sido las etapas que he vivido de momentos de felicidad, pero también de sacrificios y tristezas. Todo esfuerzo y dolor han merecido la pena. Logré, junto a mi mujer, hacer una familia; ver crecer y disfrutar de mis hijos, sembrar semillas, un árbol, escribir varios libros, enamorarme de mi trabajo periodístico, granjearme la simpatía y el reconocimiento de muchas personas, disfrutar de las culturas de otros países, saborear valores morales, ser respetado y escuchado. Y sobre todo, estar vivo en este comienzo de siglo XXI. ¿Qué más le puedo pedir a la vida?

Sinceramente, por pedir siempre pediré, pues me gustaría tener salud y vivir más tiempo con calidad de vida. ¿Soy egoísta, verdad? Se nota que pertenezco a la raza humana. De verdad, estoy súper agradecido de todo lo que la vida me ha dado, sobre todo teniendo en cuenta que muchas personas más  jóvenes que yo se quedaron en mitad del camino de la vida. Con mis años avanzados, es hora y momento de vivir al golpito. Sin prisas, pero sin dejar de mirar la vida de frente, cara a cara. Es ahora cuando debemos apoyar a otra generación más fresca y sustitutoria a la nuestra. Me explico, la de nuestros hijos y nietos quienes los tengan.  Es ahí donde debemos de estar, ofreciendo nuestros conocimientos y entregándoles el amor que necesitan nuestros hijos/as y nietos/as. El mundo ya tiene su propio arquitecto como es el Dios del universo.

Ahora, nosotros somos alumnos del 'Maestro' celestial, donde hemos aprendido muchas cosas distintas de los sectores de la sabiduría de la enciclopedia de la vida. Aprovechemos pues, cada lección, cada momento y de cada etapa de todas aquellas pruebas que la vida nos ha ido poniendo en nuestros respectivos caminos. No olvidemos que todos los días la vida nos pone una prueba, una especie de examen, donde nosotros intentamos superarlo con éxito.

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Rafael J. Lutzardo Hernández

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