Los niños en el mundo en época de pandemia

13.06.2020 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

En un estudio elaborado por la Organización humanitaria Plan Internacional, refleja la preocupación por los efectos que esta causando el coronavirus en el mundo. Sin duda, vivimos unos momentos de preocupación y de incertidumbre, donde tendremos que saber vivir con la COVID-19 hasta que la Ciencia sea capaz de descubrir la tan deseada vacuna. Los efectos causados hasta ahora por el coronavirus son aterradores y preocupantes, no exentos de muertes, histerias y miedos.

Ya sabemos que el coronavirus está afectando sobre todo a las personas mayores y a quienes tienen algunas enfermedades previas. No obstante, aunque se han registrado relativamente pocos casos de niños y niñas contagiados por el virus, esta pandemia mundial está afectando a la infancia porque el entorno en el que crece y se desarrolla está sufriendo las consecuencias derivadas del COVID-19.

La expansión del coronavirus está impactando negativamente en las economías más avanzadas, pero podría tener consecuencias especialmente devastadoras en los países menos desarrollados, donde los sistemas de salud son más frágiles.  

Nos enfrentamos a la peor crisis sanitaria de esta generación. El nuevo virus, también conocido como COVID-19, ya se ha extendido a 186 países, supera los 417.000 contagiados y registra más de 18.700 muertes en todo el mundo. 

A medida que los gobiernos adoptan medidas urgentes para contener la propagación del virus, desde Plan Internacional hacemos un llamamiento a los y las líderes mundiales para que tengan en cuenta a los niños y niñas, así como a las comunidades más vulnerables, en su respuesta al coronavirus.

Los niños, y especialmente las niñas, que han visto interrumpida su educación y están sometidos a las medidas de contención de virus, tienen mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, violencia física o sexual y abandono escolar, algo que tendrá consecuencias aún peores en los países más pobres.
 
Tres son las formas en la que la pandemia del coronavirus puede afectar a los niños/as y porque las repercusiones serán peores para quienes viven en países en desarrollo:

1. Interrupción de la Educación de los niños/as.

Más de 850 millones de niños, niñas y jóvenes –lo que representa, aproximadamente, la mitad de la población estudiantil del mundo – no está yendo a la escuela por las suspensiones de las clases adoptadas en más de un centenar de países para combatir el brote de coronavirus.

La educación es fundamental para avanzar hacia sociedades más justas y luchar contra la pobreza, especialmente en los países en desarrollo. Sin embargo, cuando se interrumpe la educación, los niños y niñas que dependen de programas escolares para obtener algunos servicios básicos, como los de

alimentación y nutrición, están expuestos a una mayor vulnerabilidad porque, durante el tiempo que no vayan al colegio, no podrán recibir esos servicios tan necesarios para su desarrollo.

Los colegios también son espacios seguros en los que los niños y niñas suelen estar protegidos contra distintas formas de violencia como el abuso, la explotación o el trabajo infantil. En el caso de las niñas, el hecho de no asistir a la escuela aumenta el riesgo de ser expuestas a matrimonios infantiles y de sufrir violencia sexual.  

Además, cuando los niños y niñas no van a clase durante períodos de tiempo indefinidos y prolongados, es un desafío asegurar que continúen con sus estudios cuando se establezcan de nuevo las clases, lo que aumenta el riesgo de abandono escolar, sobre todo en el paso a la educación secundaria, especialmente para las niñas.

2. Aumento del estrés en los hogares.

El 10% de la población mundial vive con menos de 2 euros al día. Para muchas familias, los impactos de la pandemia del coronavirus pueden empeorar su situación de pobreza, ya sea porque algún familiar enferma o fallece, por el aumento de los costes de la atención médica, por tener que ocuparse de cuidar a algún familiar enfermo, o por la pérdida de uno o varios empleos dentro del núcleo familiar.

Cuando esto ocurre, los niños y las niñas pueden experimentar miedo y ansiedad por la situación, por el estrés de los padres o cuidadores, o por temor a que no puedan ser capaces de satisfacer sus necesidades básicas. Estos cambios suponen riesgos para su bienestar y desarrollo, especialmente en los niños y niñas más pequeños.

Por otro lado, las familias pueden verse obligadas a tomar decisiones difíciles sobre el futuro de sus hijos e hijas. En el caso de los chicos, el cierre del colegio, unido a las dificultades económicas o a la enfermedad del padre o la madre, puede llevarles a desempeñar trabajos particularmente peligrosos y de carácter explotador. En el caso de las niñas, la pobreza puede llevar a los padres a tomar la decisión de casarlas a una edad temprana para hacer frente a la crisis económica. 

3. La Infancia se vuelve más vulnerable.

El coronavirus ha provocado el cierre de muchas escuelas y amenaza con empeorar la capacidad de protección de otras estructuras básicas para la infancia como la familia y los servicios de apoyo que los y las más pequeños necesitan para sentirse seguros.  

Para muchos niños y niñas, sus padres, madres o cuidadores/as son sus principales protectores en la vida. Sin embargo, cuando estas personas enferman o empeoran su salud por el coronavirus, los niños y niñas están mucho más expuestos a sufrir angustia, ansiedad o la explotación.  

Además, las investigaciones demuestran que, cuando la tensión en las familias se incrementa, también aumenta el riesgo de violencia familiar. El cierre o la falta de acceso a servicios básicos en el caso de los niños, niñas y familias más vulnerables puede suponer que dejen de recibir algunos recursos o tratamientos necesarios que recibían habitualmente. Por ejemplo, las revisiones médicas que se hacen periódicamente a algunos niños y niñas en situación de riesgo, pueden reducirse o cancelarse.

Es por ello, que Plan International está presente en más de 75 países y presta apoyo a miles de comunidades desfavorecidas a través de una red en la que trabajan alrededor de 10.000 personas. Como organización, nos comprometemos a garantizar que nuestros programas para promover los derechos de los niños y la igualdad de las niñas no se vean afectados por la situación generada por el coronavirus.  

Si interrumpimos nuestro trabajo, los más afectados serían los niños, y especialmente las niñas, y sus comunidades, por lo que continuamente estamos evaluando cómo podemos continuar desarrollando nuestros programas y apoyando a los y las más vulnerables.   

Por último, y según los datos que maneja Naciones Unidas, entre 42 y 66 millones de niños podrían caer en la pobreza extrema, motivado por el coronavirus.

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