25.07.2020 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Blas Gabriel Trujillo de Armas, actual Consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, nombrado por el del Presidente Víctor Torre y seguramente aconsejado por Román Rodríguez, vicepresidente del Gobierno y consejero de Hacienda, llegó avalado como un diamante en bruto por su gran experiencia en la gestión pública y política de Canarias. Sin embargo, su experiencia en las primeras semanas al frente de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, no ha podido ser peor. Cierto es, que meses antes me habían hablado muy bien de este hombre. Me lo pusieron en un pedestal. Es decir, humilde, dicharachero, excelente gestor y con una experiencia exquisita en el ámbito laboral y político. Sin embargo, no hay que olvidar que anteriormente a su llegada como Consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, sustituyendo a Julio Pérez, que a su vez, había sustituido a Teresa Cruz Oval, la cual fue la primera consejera de España que tuvo que lidiar con un caso de coronavirus -el 30 de enero, protagonizado por un turista alemán en La Gomera-, y la primera en enfrentarse al reto de poner a un hotel completo en cuarentena -en Tenerife, porque se había detectado que una pareja italiana tenía la enfermedad- fue la primera en caer en esta emergencia sanitaria. Sin duda, y en el poco tiempo que estuvo, la ex consejera de Sanidad no fue valorada en su momento, especialmente en época de pandemia.
Por otro lado, y asesorado por sus consejeros, Blas Trujillo no se le ocurre otra cosa que arremeter contra los trabajadores del Servicio de Urgencia del Hospital Universitario de Canarias; motivando el rechazo inmediato de todos los sindicatos y propios sanitarios. Ni que decir tiene, que si hay una profesión entregada a la Ciencia, al trabajo y a la Salud Pública, son los sanitarios, los cuales siempre han estado ahí para salvar vidas humanas. Señor consejero, no estuvo usted acertado en sus afirmaciones en aquellos momentos, pese a su aval como hombre resolutivo de la Sanidad Pública de Canarias.
Por otro lado, en su momento, en un comunicado del sindicato Intersindical Canaria, refresco la memoria e ideas de las afirmaciones negativas del Consejero, Bras Trujillo, en cuyo comunicado reflejó así:
El nuevo Consejero, Blas Trujillo (PSOE), agrede al Hospital Universitario de Canarias.
Cuando menos desafortunadas han sido las afirmaciones realizadas por el recientemente nombrado Consejero de Sanidad, Don Blas Trujillo en relación con el análisis simplista que hace acerca de la problemática del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC) y donde responsabiliza a los trabajadores en su interpretación en cuanto a las carencias del sistema. Esta Organización, que no ha tenido oportunidad de expresarse ampliamente, ya que, transcurridas tres semanas de la solicitud de reunión no ha recibido respuesta, está en condiciones de afirmar que el Consejero, o falta a la verdad, o ha recibido una información altamente sesgada de las razones por las cuales el HUC, otrora prestigioso centro asistencial, referencia obligada, está en una situación de caída libre al desastre desde que se integró en el Servicio Canario de la Salud (SCS).
Final del formulario
Tal vez no sepa, el Sr. Consejero, que en el año 2009, el HUC se integra en el SCS ya con un déficit de personal de unos 600 trabajadores, respecto a otros hospitales de tercer nivel del SCS. Por tanto, vienen estos soportando unas cargas laborales y asistenciales extremas. Esta situación, lejos de ser corregida por los sucesivos equipos de gobierno, se agrava, cuando en el año 2013, se produce la sectorización y el HUC, sin partida presupuestaria alguna, debe asumir el Área Norte de Salud de la Isla de Tenerife y la isla de La Palma (unos 600.000 habitantes), con menos personal, menos recursos materiales y unos problemas asistenciales y en infraestructuras gravísimos y que siguen sin corregirse en la actualidad.
Habrá que recordarle además al Sr. Consejero, que unas Urgencias, cuyas instalaciones no estaban concebidas para atender un Área de Referencia, tuvieron que asumirla, sin medios, sin sistema de triage, con falta de camas públicas que condicionaban reiterados colapsos y con la acción parasitaria autorizada por la administración pública de la concertada, que es quien decide qué pacientes se lleva (los más rentables), cuándo y cómo y en qué número. A esto hay que añadir la fuga permanente de profesionales que se produce, de manera resumida, por las duras condiciones laborales y por una competencia desleal con otro centro público, del SCS, que a 900 metros en línea recta ofrece mejores y más estables condiciones laborales a sus trabajadores en la misma empresa. No es que sea culpa de los trabajadores, es que han sido los trabajadores, con Intersindical Canaria al frente, quienes han tenido que forzar, a través de la Fiscalía, la construcción de unas instalaciones adecuadas, porque, insistimos, sus sucesivos homólogos en la Administración no dudaban en bendecir que los pacientes se apilaran en los pasillos de una Salida de Emergencias.
Tampoco son culpables los trabajadores de no haber podido hacer uso de sus permisos reglamentarios, ni de tener que trabajar unas 80.000 horas por encima de la jornada legalmente establecida para dar al ciudadano una asistencia mínimamente digna, ni de tener que hacer comunicaciones de descargo de responsabilidad porque, pese a sus redoblados esfuerzos, no podían garantizar la seguridad de los pacientes.
No, Sr. Consejero. Usted se equivoca de discurso. El Área Norte de Tenerife, el HUC, sus Servicios y trabajadores junto con la ciudadanía del Área de Referencia, vienen siendo sistemáticamente discriminados y ciertamente, esta política continuista nos lleva a la conclusión que no hacían falta tantas alforjas para este viaje, al tiempo que le decimos que la responsabilidad, ahora mismo, es sólo suya.