La reflexión como proceso del pensamiento

11.01.2025 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

Todavía me cuesta un poco escribir la fecha del nuevo año 2025, sobre todo porque estaba acostumbrado poner la fecha del 2024 durante los doce meses que tiene el año. Como todo en la vida, es cuestión de tiempo y paciencia. Nuevo año y nuevas ilusiones, aunque la vida sigue avanzando en su curso natural, pero también nuestras vidas las cuales poco a poco van menguando en este planeta tierra. Es por ello, que la tierra sigue girando al rededor de sol. Como todo lo que hay en el espacio, la tierra tiene sus propios códigos naturales.

Del mismo modo, la Nasa lleva mucho tiempo gastando una millonada de dólares para en viar otra nave espacial al planeta rojo de Marte, con el objetivo de analizar y valorar si en un futuro no muy lejano el ser humano puede vivir en ese planeta señalado. Incluso, ya se está creando la posibilidad de alquilar o vender algunas parcelas de Marte. Sin duda, todo hace pensar que es un verdadero disparate, pero visto lo que es capaz de hacer el ser humano a la hora de inventar cualquier cosa, no me sorprenderá para nada lo que descubra. Lo cierto es, que vivimos en una constante obsesión por inventar cosas nuevas,  ´enterrando´ la vida y forma tradicional de otras generaciones anteriores a la nuestra.  

Por otro lado, dejando a un lado el tema científico, mis deseos para este año 2025 son tener la salud suficiente para poder ser independiente y vivir con calidad de vida. Del mismo modo, poder ver de una vez por toda, la paz en el mundo. Las guerras bélicas no tienen ninguna razón de ser. Todo lo contrario, lo que genera son miles de muertes inocentes. Cierto es, que las sociedades que conforman el mundo actual de este comienzo de siglo XXI han perdido muchos valores morales.

Las causas de tantos estropicios de pensamientos y formas de conductas no las sé, pero si es cierto que estamos generando una mediocridad intelectual muy abusiva y latente. No discuto ni pongo en duda de qué hemos evolucionado mucho, sobre todo en tecnología de Internet, pero por otro lado tenemos la parte negativa de peder la comunicación entre el emisor y receptor. Por tal motivo, los sustitutos de la comunicación entre las personas son los actuales teléfonos móviles.

Así pues, intentaré seguir luchando para curarme en salud, pero también para adaptarme a los nuevos tiempos en un mundo cada vez más complejo y competitivo, donde todo viene casi fabricado; las comidas ya no son como las de antaño, motivando que el índice de enfermedades haya aumentado mucho más. De la misma manera, el estrés es pan de cada día de cualquier ciudad importante. Así es el mundo donde vivimos, sin olvidar que la extrema pobreza existe.

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