16.09.2023 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Comienza la semana y la sociedad se pone otra vez en pleno movimiento para darle vida a los sectores laborales con los cuales están comprometidos. En esta nueva oportunidad, mi compromiso es escribir mi artículo de cada fin de semana, con el objetivo de ofrecer una opinión subjetiva, pero objetiva para que lo que siguen mis artículos opinen y valoren lo que ellos consideren oportuno. Siendo sincero, para mi escribir significa mucho. Es decir, la escritura me da mucha confianza y es por ello que me refugio en ella para descargar todas mis emociones y de paso soltar toda la adrenalina que vengo acumulando durante toda la semana.
Reconozco que no estoy atravesando un buen momento, sobre todo de salud, pero intento superarlo gracias a la ayuda de muchas personas y de aquellas especiales que están conmigo de forma directa en el día a día. Lo cierto es, que hay que seguir luchando y viviendo lo que te ofrece el día a día. Somos supervivientes de un mundo desigual, fracturado por muchos lados por la ambición del ser humano.
Muchos son los problemas que en este momento la vida nos ofrece, donde seguimos destacando por ser los depredadores más grandes que hay en la actualidad en el planeta tierra. Somos verdaderos huracanes humanos arrasando todo aquello que se cruza en nuestros caminos. Explotamos el medio ambiente; el mar y por si fuera poco, contaminamos nuestro propio escenario, provocando el cambio climático de forma brutal y grave para nuestra supervivencia en la tierra.
Creo que difícilmente podamos cambiar. Somos lo que somos y nada ni nadie podrá detenernos en nuestra manera de ser y pensar. Serán otras generaciones venideras las que nos sustituyan y las que dibujen otro mundo más humano y solidario. La nuestra ya esta vista para sentencia, pero sin saber cuando desaparecerá al igual que lo hicieron otras civilizaciones anteriores a la nuestra. Reconocemos que la vida es un regalo que la naturaleza o el Dios Divino nos ha dado.
Muy cierto. Sin embargo, no sabemos valorarla ni respetarla, convirtiéndonos en verdaderos profanadores de nuestras propias existencias y de todo aquello que nos rodea. Bueno, rescatemos nuevamente la realidad y el momento en el que vivimos, intentando ofrecer lo mejor y siempre siendo muy positivo, con el objetivo de seguir viendo esos hermosos prados verdes, ríos, mares y escenarios mágicos esculpidos por la naturaleza.
Una semana más, que se me antoja positiva, llena de vida y de momentos importantes. No puedo cambiar el mundo, tampoco lo intento porque sé en realidad lo que soy. Lo que quiero es vivir en una sociedad más humana y más sensible ante los graves problemas que están ocurriendo en nuestro planeta tierra. Debemos de ser consciente del daño que el ser humano es capaz de realizar en un mundo donde todo podemos tener un espacio para vivir mejor, pero siempre y cuando respetemos nuestra propia supervivencia y el entorno donde vivimos.