23.10.2021 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Ni que decir tiene, que el avance de la tecnología sigue siendo la gran revolución y modernidad en los nuevos tiempos de la vida del ser humano en el planeta tierra. Es por ello, que la tecnología del siglo XX se desarrolló rápidamente.
Las tecnologías de comunicaciones, transporte, la difusión de la educación, el empleo del método científico y las inversiones en investigación contribuyeron al avance de la ciencia y la tecnología modernas. Del mismo modo, en este comienzo de siglo XXI, el desarrollo de la tecnología y sus avances ha impulsado y enriquecido distintos campos de la industria, la investigación, educación entre otros. Se ha vuelto parte de la vida. Se ha convertido en algo esencial, y ha hecho de las cosas y procesos, algo más sencillo, rápido y útil.
Por todo ello, según expone Carlos Lorenzo, geólogo y experto en drones del IGME, los drones del IGME son clave en el seguimiento del volcán de La Palma: "Somos los ojos de los científicos". Pilotados por geólogos, han llegado a volar a menos de 100 metros del cono del volcán, y a sólo 35 de la colada de lava. En la isla hay decenas de drones, zona de exclusión y un controlador específico: los drones científicos del IGME tienen prioridad.
“En algunos casos, hemos llegado a menos de 100 metros del cono. Y, por encima de las coladas, hemos estado a unos 35-40 metros sin problema”. Habla Carlos Lorenzo, geólogo y experto en drones del IGME, que lleva una semana sobrevolando La Palma para vigilar, minuto a minuto, la evolución del volcán. “Nos hemos metido prácticamente en la boca del cráter. Nos hemos convertido en los ojos de los científicos”.
Son un equipo de tres personas, trabajando 24 horas al día, con cuatro drones. Acompañados en todo momento por el personal del Grupo de Emergencias y Salvamento del Gobierno de Canarias (GES), que les da apoyo logístico y aporta otros tres drones. Todo lo que sale de estos aparatos llega al Comité Científico del PEVOLCA que gestiona esta emergencia. A veces, incluso, en el mismo momento en que el dron lo está grabando. “En muchos casos emitimos en directo, mientras volamos lo están viendo. Gracias a los drones, ellos saben la posición de las bocas, de las grietas, lo que está pasando en el cono, si la lava está fluyendo a mayor o menor velocidad… todas estas cosas se estiman siempre con los drones”, explica Lorenzo. ¿Pero cómo funcionan? ¿En qué condiciones trabajan en La Palma estos días?
¿Por qué son tan útiles para los científicos? Drones "convencionales" pilotados por científicos. No hay drones específicos para volcanes. Lo que hay es geólogos que se convierten en pilotos de drones. Y eso es lo que marca la diferencia, en estos casos. “La peculiaridad es que quien pilota el dron es un científico, ese es el mayor valor que le damos. Porque cuando pilotamos, estamos entendiendo lo que vemos. Yo no estoy viendo una imagen bonita que venda en los medios, estoy mirando que el cono no tenga fracturas en su base, por ejemplo… Son drones diferentes porque quien los está volando es un científico”.
Pero no es ése el único valor de los drones que están utilizando en La Palma. Están respondiendo mucho mejor de lo esperado. “Es sorprendente, pero estos drones aguantan muchísimo la temperatura, más de lo que pensábamos. Hay una marca en concreto, que es la que llevamos nosotros, que está aguantado muy bien estas temperaturas tan altas”.
Estamos hablando de más de 1.000 grados centígrados, cuando sobrevuelan el cono del volcán. Por encima de las coladas, pueden estar a más de 500. “Lo notamos en las cámaras, se deforma un poco la imagen, sabemos cuándo hemos llegado al límite del dron”, explica Carlos Lorenzo. “Los drones están sufriendo mucho porque, además, hay mucha ceniza en el aire y eso afecta a los estabilizadores”.
Más altura y más distancia que en condiciones normales.
El IGME está utilizando dos tipos de drones para su trabajo en La Palma. Unos con cámara convencional, otros con cámara térmica. Estos últimos, no sólo para los vuelos nocturnos. “Son casi más útiles de día que de noche, porque aquí, de día, hay una luz muy dura. Con los convencionales no consigues ver cómo es la lava, saber si es fría, si es seca... Pero con las cámaras infrarrojas y térmicas podemos saber realmente el estado de la colada, si sigue activa o si se está empezando a enfriar”. Es importante saberlo, porque si se enfría, por ejemplo, “eso quiere decir que se va a mover menos”.
Por otro lado, un informe de la empresa Aerocamaras de drones, describe la importancia que tienen los drones ante una erupción volcánica, especialmente con la presencia del volcán de Cumbre Vieja, en La Palma. Sin duda, los drones han puesto de manifiesto su importancia para la captación de imágenes espectaculares de la erupción del volcán Cumbre Vieja, en La Palma (Islas Canarias). Desde que se produjo dicha explosión el 19 de septiembre de 2021, investigadores, equipos de emergencias y particulares han utilizado drones para hacer un seguimiento de la actividad volcánica canaria.
Pero, ¿Pueden realmente los drones ayudar a predecir una erupción? Explicamos las líneas de trabajo que los vulcanólogos están utilizando en la actualidad.
Cómo ayudan los drones al estudio de los volcanes. Predecir la evolución de la actividad volcánica requiere de un exhaustivo trabajo y múltiples aportaciones de vulcanólogos, geólogos o ingenieros. Y los drones suponen ya un apoyo importante para investigadores. Su tamaño, la posibilidad de aproximación al volcán y de incorporación de sensores de gas, espectómetros y medidores de temperatura, convierten a los UAS en un complemento más en el estudio de volcanes. Además, su utilización evita poner en peligro la vida de las personas.
Los principales aspectos en los que los drones son útiles en el estudio de volcanes son: pueden capturar información térmica. Esto permite a los investigadores obtener datos como el tipo de magma que sale y su temperatura.
Realizan tomas de superficies y volúmenes de material a partir de la colada: es posible la captación y recopilación de imágenes antes y después de la erupción.
Toma de datos de CO2 para predecir su nivel de expulsión y posible actividad próxima. Un ejemplo de ello es el estudio ABOVE, que se llevó a cabo para predecir la actividad de los volcanes Manam y Rabau en Nueva Guinea.
Captura de imágenes una vez transcurrida la explosión para ver el volumen de material e itinerario de la lava.
Vigilancia y control de forma remota con mayor seguridad en este tipo de escenarios tan peligrosos.
Posibilidad de crear modelos 3D del terreno a partir de la información captada por un software geoespacial para medir y mapear volcanes a una escala de unos pocos centímetros. Estas imágenes ayudan a la monitorización a largo plazo.Sin embargo, es importante tener en cuenta que una investigación exhaustiva de cualquier volcán debe incluir también la cartografía detallada y sistemática de la naturaleza, volumen y distribución de los productos eruptivos, así como la determinación de sus edades mediante métodos de datación. Es decir, los drones son un complemento más en el complicado estudio de la vulcanología.
Los UAS por sí solos no podrán predecir una erupción, pero sí ayudar a conocer la historia eruptiva de un sistema volcánico, así como sus rasgos estructurales y composicionales. Ofrecen información que ayudan a la creación de modelos matemáticos que permiten realizar estimaciones más precisas de los intervalos de recurrencia entre períodos activos y de reposo, algo esencial para la gestión de áreas volcánicamente activas como las Islas Canarias.
Cómo pueden los drones ayudar a salvar vidas en erupciones volcánicas. Los drones no solamente pueden ayudar a predecir la actividad volcánica, también pueden ser un soporte importante para los servicios médicos, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado o Protección Civil.
¿Cómo ayudan los UAS a los servicios de emergencias? Fundamentalmente de la siguiente manera: pueden ayudar al rescate, comunicación, y posterior salvamento de personas aisladas o atrapadas.
Apoyo en el envío de material sanitario como desfibriladores o botiquín de urgencias.
Utilización del dron para la captación de imágenes en zonas peligrosas para evaluar el estado de una zona concreta. Por ejemplo, después de una explosión, los drones detectan el avance de la lava y permiten anticipar los desalojos de las zonas en peligro.
La vigilancia de zonas que ya han sido desalojadas.
Mejores drones para explorar volcanes. Los drones que se han utilizado hasta la fecha para tareas de exploración o monitorización volcánica son del tipo multirrotores. En la actualidad, se utilizan diferentes modelos de tipo VTOL y DJI Matrice. En general, deben de ser drones con buena autonomía, cámaras termográficas y de alta resolución.
Un modelo de gran autonomía y capaz de transportar material de hasta 5 kilos es el dron Híbrido AeroHyb de Aerocamaras. Se trata de un UAS con hasta siete horas de autonomía de vuelo y que permite la posibilidad de adaptar todo tipo de cámaras, lo que lo convierte en un UAS adecuado para múltiples tareas de rescate.
Para la monitorización de volcanes, además de la necesidad de contar con un dron adaptado y la formación especializada, es necesario formarse con el Curso oficial piloto profesional de drones STS. Todos los investigadores o personas de diferentes sectores ya lo han realizado para poder utilizar los drones como complemento de apoyo en su trabajo.
Imagen de archivo: Dron