02.4.2022 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
La bofetada del siglo XXI es sin duda la que protagonizó el actor Will Smith en la gala de los Oscars, siendo el agredido el presentador, humorista Chris Rock. Sin duda, opiniones y debate para todos los gustos. Una acción violenta que no deja de ser curiosa. Es decir, criticable y condenable en casi todos los ámbitos sociales de Europa, pero vendible en todas las portadas del Occidente como negocio. Cuanta hipocresía y falsedad en este escenario del planeta tierra, donde los actores humanos se disfrazan o maquillan de personas perfectas, convirtiéndoles en jueces de los defectos de los demás, pero sin mirarse los que tienen ellos. Ni que decir tiene, que la violencia no esta justificada con nada, pero también es verdad que todos nosotros la utilizamos a diario bien sea verbal o física en las sociedades donde nos movemos. Un día cualquiera, en cualquier lugar del mundo, el tráfico se hace insoportable; la paciencia se agota y comienzan los gritos, insultos y amenazas. Incluso, con agresiones físicas. Ese es el pan de cada día en cualquier ciudad del planeta tierra.
Lo cierto es, que esa bofetada ha servido para que muchos medios de comunicación hayan podido engordar sus arcas económicas; vendiendo y resaltando como primicia una acción en un momento y lugar determinado. Y sobre todo, por ser quien actualmente el actor famoso. Cierto es, que la violencia genera violencia y eso es condenable a todas luces. Seguimos siendo por naturaleza y condición humana jueces de nuestra propia especie, criticando y condenando todo aquello que hacen los demás, pero nadie se mira su propia joroba. Vivimos en un mundo complejo; competitivo, desigual, transformativo, pero nada hace que cambiemos en nuestra manera de pensar y actuar contra nosotros mismo y con el escenario donde vivimos. Es decir, seguimos siendo depredadores y detractores de nuestro propio sistema y luego queremos ponernos como ejemplo civilizado e inteligente ante un mundo que nosotros mismos estamos destruyendo.
En fin, ya casi nada me sorprende lo que en estos momentos esta ocurriendo en el mundo. Guerras, éxodos, depredación, cambio climático, ausencia de valores, pensamientos intoxicados por las locuras transitorias, egoísmos, envidias, machismos, junto con una Iglesia ausente en transmitir la verdad de la corrupción de sus ministros, también en crear alternativas que lleguen a la futuras y venideras generaciones. Es por ello, que al margen de otros acontecimientos preocupantes que en estos momentos rodean al mundo; la bofetada que el actor Will Smith propinó al humorista Chris Rock, se ha convertido en la bofetada de este comienzo de siglo XXI, pero no deja de ser violencia.
Imagen: Bofetada de Will Smith al presentador de la gala de los Oscars, Cris Rock | CEDIDA