01.07.2023 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
No todo el mundo tiene la suerte de escribir un libro, especialmente cuando en la portada lleve el logo representativo de una determinada editorial. Cierto es, que en este comienzo de siglo XXI muchas son las personas que se hacen llamar escritores/ a través de Internet, editoriales digitales que han visto un buen negocio en todas aquellas personas que sueñan con ver publicados sus libros. Libros, que no llevan ningún logo de ninguna editorial, salvo el nombre de la empresa que lo edita. Bueno, cada uno tiene derecho sentirse feliz como quiera ser, llevando a cabo sus sueños como quieran. Del mismo modo, pocas son las personas que tienen la suerte de vivir de la cultura como escritor o escritora. Es un mundo muy difícil de llegar y consolidarse como un importante escritor a través de una gran editorial internacional. No pongo en duda que habrá muchas personas con interesantes cualidades para ello, pero al igual que en otros sectores distintos de las sociedades del mundo, muchos se quedan a mitad de camino. Por supuesto que valoro ese interés, esa ilusión que cada ser humano tiene por ver su nombre en la portada de un libro, es un derecho que le asiste. Repito, ser escritor/a es muy difícil, pues no en vano muchos son los inconvenientes con los que se encuentras las personas que quieren llegar a ese mundo de la literatura. Las características para ser un buen escritor importante son: deseo; perseverancia, disciplina, estudia el oficio, establecer metas, conseguir alguien especializado que te aconseje y ser positivo. Ya lo escribí anteriormente, no es tarea fácil ser escritor, pero no imposible. Es por ello, que para ser un buen escritor hay que ser, principalmente, un buen lector además de alguien interesado en conocer una gran parte del mundo, sus culturas, maravillas y sinsabores, así como los personajes que lo habitan. Del mismo modo, la personalidad de un escritor esta basada en una comprensión instintiva, pura, de la escritura de una narración. Un interés insaciable de curiosidad, el deseo o la voluntad de descubrir la verdad, y ser honesto, y al tiempo audaz, para escribir sobre la experiencia humana y el mundo en el que tiene lugar. Bien, concluyo mi artículo con el mismo deseo que comencé, con ganas de ver una nueva generación de escritores/as que sean importantes y de paso enriquecer la cultura, pues hay que tener en cuenta que las generaciones literarias también tienen fecha de caducidad y necesitan nuevos revulsivos literarios que sustituyan a las generaciones anteriores en este comienzo de siglo XXI.