10.04.2021 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Cada día que pasa, la situación en los campamentos de los refugiados africanos ilegales se hace más tensa y en ciertos momentos, violenta. La desesperación, el hacinamiento, la impotencia, las condiciones en las que viven estos ilegales y la falta de comunicación entre los internos, marroquíes y senegaleses, motivan sucesos como lo ocurrido el pasado, martes, día 6 de abril de 2021, en el campamento de Las Raíces (La Esperanza), donde resultaron heridas ocho personas en un enfrentamiento con la Policía Nacional. Esta revuelta con piedras y palos ejercida por los internos, se debe, según la Asamblea de Apoyo a los Migrantes en Tenerife, “porque quieren continuar su camino hacia Europa, donde sus familiares les esperan. Sin duda, esto es el comienzo de una crónica anunciada de lo que se vislumbra a corto plazo.
Del mismo modo, mucho se está escribiendo y hablando sobre los campamentos que albergan actualmente a los inmigrantes africanos ilegales en Las Raíces (La Esperanza) y Las Canteras (La Laguna). Campamentos, que por unas series de circunstancias, no viene siendo el agrado de los africanos ilegales. Ni que decir tiene, que la convivencia entre marroquíes y senegaleses es compleja y en ocasiones, conflictiva, motivado por cuestiones religiosas y por la supervivencia a la hora de ponerse en colas para comer. Las quejas por las comidas; el frío nocturno, el choque entre las culturas y las condiciones que presentan los mencionados campamentos, motivan que los ilegales africanos se sientan incómodos y en algunas ocasiones, alterar la vida normal dentro de los cotados habitáculos.
Por otro lado, muchas personas se preguntan si el catering que se encarga de llevar los alimentos a los confinados africanos en ambos campamentos, es una empresa de Canarias o de Madrid. Lo cierto es, que la vida cotidiana de todos estos miles de inmigrantes en Tenerife y Gran Canaria, es monótona y excesivamente sin motivación. Día tras día, cientos de inmigrantes salen de los campamentos sin saber a donde ir. No se les asignan alternativas que puedan aliviar su grave soledad y aburrimiento. Muchos de ellos salen por las calles de La Laguna en busca de comida y dinero extra, vendiendo pulseras que ellos mismos hacen de manera artesanal. En lo que respecta a sistema sanitario dentro de los campamentos, parece ser que todo recae en las trabajadoras sociales, las cuales reparten los medicamentos que les asignan los médicos de los ambulatorios y hospitales desde el exterior.
Por otro lado, Accem, la Organización No Gubernamental (ONG) que gestiona el campamento de migrantes ubicado en Las Raíces (La Laguna), volvió a solicitar en su momento al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que mejore el servicio de comidas.
Fuentes de la entidad señalaron a Europa Press que sus reivindicaciones son «reiteradas» desde los primeros días de apertura del macrocentro, hace algo más de un mes, por lo que insiste en demandar una solución «firme y contundente» que ponga fin a las quejas de los usuarios.
«Es necesario hacer algo», señalan ante la escasa cantidad y calidad de la comida que sirve una empresa externa a las instalaciones, encargada del servicio de 'catering', pues la gestión de los turnos tampoco es la adecuada y hay mucha «lentitud».
Desde Accem señalan que «todos los problemas» de convivencia que se generan en el campamento se deben a la comida, de hecho, el mes pasado hubieron altercados otra vez entre usuarios y vigilantes de seguridad que acabaron con siete detenidos.
Por todo ello, y en su día, el Centro de Estudios Africanos de la Universidad de La Laguna (ULL) criticó los macrocampamentos de migrantes levantados en los barrios de Las Raíces y Las Canteras, en el municipio tinerfeño de La Laguna.
"No son lugares adecuados para que centenares o miles de personas puedan vivir en condiciones adecuadas, más bien parecen campos de reclusión forzada para criminales", advirtieron en un comunicado en el que muestra su "preocupación" con la situación humanitaria de los emigrantes llegado a las islas.
El centro señala que muchos de los migrantes africanos que hay en las islas "tienen papeles en regla y desean continuar su viaje hacia lugares que les permitan colmar sus expectativas de vida", entre ellas, reencontrarse con sus familiares que ya viven en Europa, "y no existe razón suficiente ni política ni jurídica para no dejar que estas personas puedan continuar con su aventura vital".
En esa línea, indicó que no se puede limitar la movilidad de los migrantes y de los solicitantes de asilo, no solo por razones de índole histórico, "pues Canarias es una tierra que desde el siglo XVII hasta bien entrado el siglo XX envió mucha gente fuera a buscarse una vida mejor", sino por mera humanidad, porque los migrantes son seres humanos como cada uno de nosotros, "algo que parece se olvida con mucha frecuencia".
Los investigadores apuntan que con tantos "obstáculos" se somete a los migrantes "a un limbo que solo proporciona frustración, marginación y exclusión", e insisten en que "no son delincuentes por el hecho de querer mejorar sus vidas y las de sus familias", como hicieron los canarios en el pasado.
"Hoy, ha sido la solidaridad de la ciudadanía canaria la que ha impedido que la situación se deteriorase y fuese muchísimo peor la estancia que estas personas encuentran en nuestra isla", señala el Centro.
Además, comenta que hay que evitar que las islas se conviertan en un "territorio de encierro y castigo para miles de personas que solo buscan un porvenir con las mínimas garantías de bienestar a que toda persona tiene derecho".
Aquí, prosiguen, "que alardeamos tanto de nuestra tricontinentalidad, es preciso que las islas actúen como puente entre culturas, y en este caso los puentes deben facilitar la continuación de los viajes emprendidos desde el continente africano con destino al continente europeo".
Asimismo, mostraron su preocupación por que "determinados desalmados alienten el racismo para buscarse un puñado de votos provocando una estigmatización de los migrantes, cada vez más frecuente por el aumento de medidas de vigilancia".
De esta forma, desde la Universidad de La Laguna quieren convertir el conocimiento y la comprensión de otras realidades y diversidades "en un arma que ayude a unificar a los pueblos en vez de a separarlos", al tiempo que esperan una "respuesta eficaz" de la política para garantizar los derechos humanos.
Así pues, la situación de esta avalancha de inmigrantes ubicados en varios puntos del Archipiélago canario, gran parte de culpa la tienen Europa y el Gobierno español; los cuales siguen “maltratando a Canarias y a su vez, a los inmigrantes africanos, donde los Derechos Universales de la inmigración ilegal forzosa son ignorados por Bruselas y sus vecinos.
Imagen: Campamento de Las Raices (CEDIDA)