Alguien dijo: "la calle de las almas solitarias“

21.12.2024 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

La calle Miraflores, ubicada en el corazón de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, fue durante muchos años el lugar donde muchas mujeres de distintas nacionalidades se dedicaron a la prostitución. Sin embargo, muchas de sus casas del siglo pasado mostraban, porque ya la mayoría han sido derribadas, una arquitectura  histórica, motivando ser un patrimonio arquitectónico de gran valor.

Una calle abierta al tráfico que también resultó ser peatonal, donde cada día pasaban cientos de personas para ir a sus respectivos trabajos, pero también para cortar recorrido con sus puntos de encuentros laborales. De la misma manera, muchos negocios ubicados en sus inmediaciones, concretamente bares de alternes, ganaron mucho dinero, especialmente teniendo como clientes a las prostituta y aquellas personas que habían alquilado   los servicios de aquellas mujeres que se ganaban la vida vendiendo sus cuerpos por unas horas y por un dinero que ellas mismas estipulaban, al margen de una pequeña comisión que se llevaban los dueños de las viviendas.

Del mismo modo, la calle Miraflores en época del franquismo también resultó ser un gran hándicap,  donde la homosexualidad estaba prohibida. La Ley de Vagos y Maleantes, de 4 de agosto de 1933, fue una ley del Orden Penal español aprobada por las Cortes de la Segunda República​. Tenía como objetivo regular el tratamiento de vagabundos, personas sin hogar, proxenetas y otros comportamientos considerados antisociales. Posteriormente fue modificada por la dictadura franquista para reprimir también a los homosexuales. La ley fue aprobada por consenso de todos los grupos políticos.

Al ser una ley que no sancionaba delitos sino que intentaba evitar la comisión de los mismos, no incluía penas, sino medidas preventivas como el alejamiento y control de las personas consideradas peligrosas hasta que se valorara que ya eran reinsertables. Su desarrollo reglamentario se desvirtuó tanto que se llegaron a crear centros de retención llamados Reformatorios de Vagos y Maleantes, permitiendo que fuese utilizada para la detención arbitraria de personas sin recursos durante la Segunda República y el franquismo.

La ley fue modificada el 15 de julio de 1954 por el régimen franquista para incluir la represión de las personas homosexuales.

Las mujeres lesbianas también fueron perseguidas por el Gobierno franquista. Sin embargo, al considerar el régimen franquista a la mujer como un ser asexuado y casi infantil, no prestó demasiada atención a la realidad lésbica, ya que era una realidad que para el franquismo no existía. Muchas lesbianas decidieron o fueron obligadas a casarse y otras optaron por la soltería, esas llamadas “solteronas” que iban siempre con otras “pobres mujeres” que no se habían podido casar permitió, sobre todo al final de la dictadura, generar algunas relaciones lésbicas siempre enmarcadas en el secretismo y el miedo a ser descubiertas.

Así transcurrió durante muchos años la calle Miraflores y en la famosa calle La Curva hubicada en la Plaza La Candelaria. De la misma manera, la calle Miraflores siempre estuvo vigilada por los 'grises' como se les llamaba en aquella época a los Policías Nacionales. Con el transcurso de los años, y ante la evolución del modernismo de la ciudad tinerfeña, la calle Miraflores fue muriendo lentamente. El nuevo Plan General de Urbsnismo, obsesionado con hacer una ciudad al estilo europeo, motivo el desguace del oficio más viejo de la historia y de los edificios que fueron: testigos directos de las actividades de la prostitución de tantas mujeres como de hombres del Archipiélago canario. Alguien dijo: “la calle de las almas solitarias”.

Actualmente, en este comienzo de siglo XXI, todavía se está debatiendo la defensa patrimonial histórica de aquellos edificios que ya no están en la citada calle histórica construida sobre el siglo XVIII. La ciudad crece; la vida evoluciona y los nuevos estilos y modelos exigen otro mundo de modernidad. Así lo entienden las clases políticas de Tenerife.

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