23.02.2024 | Redacción | Artículo
Por: Pilar Medina Rayo
Hace unos años que se hizo viral esta curiosa fotografía en la que una tortuga lleva sobre su caparazón una gruesa capa de tierra con vegetación incluida, como si llevara una especie de pequeño mundo sobre ella, recordándonos a la tortuga que, de acuerdo con los antiguos cosmólogos, sostenía el Mundo sobre su espalda.
Se trata de un ejemplar de tortuga mordedora. Es la tortuga de agua dulce más grande de Canadá, aunque también habita en algunas partes de EEUU. Por su fisonomía se la considera una tortuga prehistórica que ha llegado hasta nuestros días con algunas adaptaciones necesarias para su supervivencia. De cabeza voluminosa y cubierta por diversas protuberancias como espinas, patas robustas y semipalmeadas con fuertes garras; y una cola gruesa, con una serie de puntas y escamas sobresalientes.
El ejemplar de la fotografía pesa alrededor de 6 kilogramos y el "mundo" que lleva sobre su caparazón unos 8 kilogramos, es decir, soporta sobre su espalda más peso del que ella misma tiene. El motivo de llevar esa mole de tierra es debido a dos factores, la hibernación, enterrándose en la tierra, y la consiguiente salida al exterior. La tortuga que vemos acaba de salir, después de varias semanas de hibernación, de la tierra fangosa de un lago que se secó.
¿CÓMO ES LA FORMA DE LA TIERRA?
Este fue el primer problema cosmológico que se plantearon los eruditos. Cómo saber si la Tierra tenía o no fin.
Hasta hace poco más de 500 años se pensaba y afirmaba que la Tierra era plana. No obstante, en la Grecia clásica sí tenían el concepto de esfericidad, tal y como podemos comprobar por la escultura del Atlas Farnesio, del que se conserva una copia romana en el Museo Arqueológico de Nápoles, que resignado soporta sobre sus espaldas una esfera que se corresponde con la cúpula celeste. Asimismo, el filósofo y geógrafo Anaximandro de Samos, en el siglo VI a. C, ya defendía que la Tierra era un cilindro curvado hacia el norte y hacia el sur al considerar que de ser plana deberían verse las mismas estrellas en el cielo desde cualquier punto de esa Tierra. En el siglo III a. C., el matemático Erastótenes, calculó la longitud del meridiano terrestre en unos 39.700 Kms., datos realmente asombros ya que la longitud de la circunferencia ecuatorial es de 40.075 Kms. y la de un meridiano 40.008 Kms.
Sin embargo, ante la falta de pruebas de los griegos, la idea de que la Tierra era plana y, quizás, extendida hacia abajo sin límites, perduró hasta el primer viaje de Colón y el Descubrimiento de América, demostrando la existencia de tierra más allá de las llamadas Columnas de Hércules, consideradas éstas como punto final de la Tierra o “Non plus ultra”. El rey Carlos I de España y V de Alemania, modificó esa inscripción por la de “Plus ultra” o “Más allá”, incorporando las columnas herculinas al escudo de España. La frase “Plus Ultra” viene a indicar la expansión de la corona española más allá de estos límites, con la incorporación de las Provincias de Ultramar. Sobre las columnas se han colocado sendas coronas, que se corresponden con la española y del Sacro Imperio Romano Germánico.
En el siglo XVI, se llevó a cabo la importante expedición científica, iniciada por Fernando de Magallanes, el 20 de septiembre 1519, y finalizada por Juan Sebastián Elcano el 6 septiembre 1522, que dio la vuelta al Mundo por primera vez en toda la historia de la Humanidad. El emperador Carlos V le concedió a Elcano un escudo de armas coronado con un globo terráqueo y con la leyenda en latín: “Primus circumdedisti me” o “El primero que me rodeaste”. Con esta expedición, los españoles fuimos los primeros en demostrar que la Tierra era redonda.
Pero volvamos a situarnos en el período anterior a 1492, período lleno de dudas en cuanto a cómo era la Tierra, por ello, y con el fin de soslayar el concepto de infinito, se llegó a la conclusión de que la Tierra debía estar apoyada sobre algo.
El Cosmos, en una de sus representaciones más antiguas recogida en la mitología hindú, es descrito como un inmenso océano de leche, rodeado por la cobra sagrada, o serpiente de la eternidad (ouroboros), cuatro pilares la sustentaban, apoyándose éstos sobre cuatro elefantes encargados de sujetar la Tierra por los cuatro puntos cardinales. y ¿sobre qué descansaban estos elefantes? Sobre una tortuga gigante que está nadando en un océano gigantesco "(...) Existía una tortuga gigante. Sobre su caparazón verde, cuatro elefantes de alabastro hacían un esfuerzo titánico de sostener al mundo..."