Santa Cruz de Tenerife hace realidad la tarjeta social de alimentos que incorpora productos frescos

03.12.2018. Santa Cruz de Tenerife

Santa Cruz de Tenerife ha formalizado el convenio de colaboración con Dinosol, la cadena de supermercados adjudicataria del concurso para la implantación de la tarjeta social de alimentos, dirigida a reemplazar el actual sistema de prestaciones económicas por un modelo más ambicioso y útil para los usuarios que incluye, por primera vez, la opción de adquirir productos frescos perecederos como carne, pescado, verdura y fruta.

El alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, presentó esta iniciativa junto a la primera teniente de alcalde, Zaida González; el quinto teniente de alcalde y concejal de Asuntos Sociales, Óscar García; el director de Planificación y Proyectos de Dinosol, Fernando Cruz, y el gerente del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), Gilberto Leandro.

Bermúdez calificó a la tarjeta social de alimentos como “un gran avance para facilitar la vida a las personas que la tienen más difícil” y agradeció a Dinosol “su compromiso al presentarse a un concurso que, de no ser por su implicación social, habría quedado desierto porque fue la única empresa que quiso formar parte de este proyecto”.

“Dinosol –prosiguió– tiene una importante implantación en nuestro municipio con sus supermercados y, además, me consta que tiene planes de expansión en Santa Cruz. También me gustaría felicitar la enorme labor que ha realizado todo el equipo del IMAS y en un asunto como este, que no ha resultado nada fácil y que, por fin, ya es una realidad”.

González, por su parte, resaltó que el proyecto “va a mejorar la calidad del servicio que prestamos a los usuarios, que podrán proveerse de productos frescos y de higiene haciendo una compra totalmente normalizada y que hace totalmente invisible las necesidades de estas personas”.

García auguró que Santa Cruz “pone en marcha un sistema que llega para quedarse y que va a paliar las situaciones de vulnerabilidad. Ahora estoy seguro de que las familias tendrán corresponsabilidad para hacer un buen uso de estas tarjetas sociales de alimentos”.

Cruz afirmó que para Dinosol “supone un reto importante por la magnitud y, aunque tenemos experiencias parecidas con Cruz Roja y Banco de Alimentos, esto tiene una dimensión mucho mayor porque estamos hablando del Ayuntamiento de una capital como Santa Cruz. Es una herramienta que dignifica a sus usuarios y los hace iguales que cualquiera de los clientes de nuestros establecimientos”.

Leandro, por último, resaltó las bondades de este dispositivo electrónico “que reafirma al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife como uno de los siete más eficaces de todo el territorio nacional en administración electrónica”.

Gracias a este convenio, los usuarios de las actuales prestaciones de alimentación comenzarán a disfrutar antes de que finalice el presente año de este nuevo sistema que operará con una duración inicial de 2 años, prorrogables por idéntico periodo, ofreciendo estabilidad y seguridad al modelo a implantar.

El nuevo sistema de atención a las personas que requieren del apoyo municipal para garantizar su alimentación y la de los suyos reemplaza el actual modelo, que en el último año liquidado (2017) ha supuesto el pago de cerca de 14.000 prestaciones económicas con este fin, con una inversión pública superior a los 1,3 millones de euros al año.

No obstante, el Consistorio advierte que la entrada en funcionamiento de la nueva tarjeta social no sustituye en modo alguno el esfuerzo de distribución solidaria de alimentos que coordina Bancoteide con las 46 organizaciones de reparto que están distribuidas por todo el municipio.

Funcionamiento

El nuevo sistema funciona a través de una tarjeta electrónica común, provista de banda magnética, que servirá de título a favor del beneficiario para la adquisición de los productos básicos que estén a la venta en los establecimientos comerciales.

El área municipal Social endosará a la empresa colaboradora el importe de las ayudas otorgadas a los beneficiarios e incorporadas en las tarjetas, en la medida que éstos consuman su saldo al adquirir los productos básicos.

Entre los productos accesibles a través de la nueva Tarjeta Básica se incluyen productos de alimentación, de higiene personal y de limpieza, incorporando a la oferta por primera vez alimentos frescos, como carne y pescado.

Sin embargo, están excluidos expresamente el tabaco y las bebidas alcohólicas, para lo que la empresa colaboradora deberá contar con un sistema electrónico que permita la discriminación de productos.

De acuerdo a las prescripciones, la empresa colaboradora deberá emitir el número de tarjetas por cada usuario, cuantía y período que especifique el Ayuntamiento.

Para la identificación de los beneficiarios, la Concejalía de Atención Social enviará y distribuirá las tarjetas emitidas por la empresa a través de las Unidades de Trabajo Social de Zona (UTS).

Las tarjetas serán nominativas y reflejarán tanto el nombre como el documento nacional de identidad del usuario, que deberá portar el beneficiario en el establecimiento para su correcta identificación y mejor garantía de su derecho.

Físicamente, la tarjeta es la misma que utiliza cualquier persona que no sea usuaria de los servicios sociales. Es decir, son tarjetas de compra que no llevan ningún distintivo ni señal de proceder de servicios sociales, protegiendo de esta forma la debida reserva que merecen sus usuarios.

La empresa deberá entregar las tarjetas a la Concejalía de Atención Social en un plazo no superior a 5 días, salvo en los casos de urgencia, que el plazo será de 2 días.

En este último caso, también se permitirá que la empresa envíe a la Concejalía un número de tarjetas para atender esas urgencias, de manera que puedan ser distribuidas por los trabajadores sociales, permitiendo sobre la marcha su activación y entrega al usuario.

Los requisitos de las tarjetas establecen que deben ser recargables por periodos mensuales y por cuantías definidas, debiendo la empresa contar con un sistema de habilitación automática de las cargas.

Igualmente, las tarjetas deben permitir consumir el saldo total o gradualmente pero siempre dentro de cada mes.

La cuantía de cada ayuda se fijará en función del número de miembros de la unidad familiar y aunque su vigencia sea mensual, permitirá acumular en una misma tarjeta varias mensualidades de prestaciones.

Las cuantías previstas oscilan entre 100 y 140 euros por familia, incrementándose su dotación en proporción al número de miembros de cada unidad familiar.

Para garantizar el alcance de la tarjeta, la empresa colaboradora debe contar con un establecimiento, al menos, en cada uno de los cinco distritos de Santa Cruz de Tenerife.

Sin embargo, el Ayuntamiento, consciente de la escasez de establecimientos en el distrito de Anaga respecto a los demás distritos, garantizará el servicio de forma que los usuarios estén debidamente atendidos.

En cualquier caso, los usuarios de la tarjeta podrán acudir a los establecimientos de la empresa colaboradora independientemente de su distrito de residencia.

Los beneficiarios de la tarjeta tendrán los mismos derechos que cualquier otro cliente, limitando únicamente los productos excluidos, el servicio de reparto a domicilio y la compra on-line.

No obstante, con el fin de dar respuesta a las personas con movilidad reducida acogidas al programa o que, por otras circunstancias, no puedan acudir a los establecimientos; recibirán gratuitamente los alimentos en su domicilio, con la única condición de que el valor de los productos representa un porcentaje importante de la cuantía mensual total, que oscilará entre mínimos del 51 y del 71%.

Sólo en estos casos se permitirá el uso de la tarjeta por parte de una persona tercera, previa presentación del DNI del titular.

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