17.05.2017. Santa Cruz de Tenerife.
El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, entregó esta noche la Medalla de Oro de la ciudad al colegio de las Madres Dominicas-Vistabella, en reconocimiento a su destacada y continuada labor docente en el municipio –que se remonta al año 1928– en el transcurso de una solemne sesión celebrada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento.
Bermúdez destacó durante su intervención que “Santa Cruz está en deuda con un colegio que forma parte de su propia historia y que, con el paso de los años, se ha convertido en un referente de excelencia educativa y de promoción de valores humanos. Un centro –añadió– que ha contribuido, desde su concepción cristiana, a sembrar entre sus miles de alumnos la semilla de la solidaridad, de la justicia social, de la convivencia, de la paz”.
El mandatario municipal recordó que “pocos centros o instituciones pueden presumir de una permanencia tan prolongada en la ciudad, desde un lejano 1928, y en lugares tan señalados de su devenir cotidiano”. El colegio abrió originalmente en la calle Emilio Calzadilla –en el barrio de El Toscal– para posteriormente instalarse en otras dependencias de la calle Santa Rosalía –también en el barrio de El Toscal– y ya en 1970 trasladarse a una zona entonces de expansión demográfica, en Ofra-Vistabella.
Esas ubicaciones, a juicio del alcalde, “nos dicen mucho de sus lazos estrechos con la ciudad, de su contribución al desarrollo educativo y social de Santa Cruz y de su participación continua en la vida de la comunidad”.
Bermúdez felicitó a toda la comunidad educativa del colegio y les conminó a “ser conscientes de que han protagonizado –lo siguen haciendo, de hecho– episodios importantes de nuestra historia: una historia que, en su caso, es un relato de éxito, de buen hacer, de dedicación, de profesionalidad”.
En otro momento de su intervención, citó las actividades especiales que organiza el centro, como el Día de la Paz o el Día de la Alegría, en las que “la ilusión, la motivación y la solidaridad que se respira allí son maravillosamente contagiosas. Todo ello –dijo– es motivo más que suficiente para renovar la confianza en las generaciones que están llamadas a tomar el relevo social en unos pocos años”.
Bermúdez también felicitó al colegio por su apuesta continua por la innovación y por su esfuerzo constante de adaptación a las demandas de la propia sociedad, “con un proyecto educativo que da respuesta a las nuevas inquietudes sociales, pero que permanece inalterado en lo sustancial: la defensa de unos valores que constituyen la esencia del ser humano”.
“Ustedes han predicado con el ejemplo y nunca han mirado hacia otro lado. Nunca han eludido su corresponsabilidad como arquitectos de una sociedad más justa, más solidaria, más capaz”, subrayó.
Por su parte, la directora del colegio, la madre María Rosa Contreras, agradeció a la ciudad la entrega de su más alta distinción y aseguró que “supone también un enorme compromiso para seguir ofreciendo a todos los niños y jóvenes una educación de calidad, inspirada en la orden de predicadores, no solo en la formación académica, sino también en valores como la dignidad, la verdad o la solidaridad”.
La directora recordó que el colegio abrió sus puertas en Santa Cruz hace 89 años, lo que da idea de su implicación con la ciudad, independientemente de lugar en el que hayan desarrollado su labor docente durante este largo período.
Al acto asistieron concejales de la Corporación, además del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso; el viceconsejero de Educación del Gobierno de Canarias, Juan Manuel Santanta, y el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez. Asimismo, la Banda Sinfónica de Tenerife interpretó varias piezas musicales.