28.03.2018. La Orotava
La Orotava se prepara para vivir uno de los principales días de su Semana Santa. Durante la mañana se ultiman los preparativos de los Monumentos, auténticas obras de arte floral que albergarán al Santísimo Sacramento desde la tarde del Jueves Santo hasta el mediodía del Viernes Santo. Durante esas horas serán visitados por cientos de fieles, que más allá de buscar el espacio para la oración y la contemplación, admiran el cuidado y esmero con que se preparan estos altares en las diferentes parroquias de la Villa.
Ya en la tarde comenzarán los cultos propios de este día en que se celebra la Cena del Señor. La Parroquia de Ntra. Sra. de La Concepción comenzará sus cultos a las 17:00 horas. Seguidamente, a las 18:00 horas, tendrá lugar la primera procesión de este día, denominada del Mandato, organizada por la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia, creada en 1560 bajo el vínculo del Hospital de la Santísima Trinidad y posteriormente con la Parroquia Matriz. Fue refundada en 1981 permaneciendo desde entonces en plena actividad. Esta procesión cuenta con cuatro pasos: el Stmo. Cristo de la Misericordia, Sta Mª Magdalena, San Juan Evangelista y Ntra. Sra. de Los Dolores. Estas tres últimas tallas pertenecen al afamado escultor José Lujan Pérez. El Stmo. Cristo es obra del también escultor canario Ruíz Díaz.
La noche del Jueves Santo en La Orotava es todo solemnidad. El protagonismo lo ocupa una de sus procesiones más multitudinarias: la del Stmo. Cristo a La Columna, centro de Fe y devoción de todos los villeros. Esta procesión del Santísimo Cristo atado a la Columna es organizada por la Esclavitud fundada en 1758 así como de la Cofradía de las Damas de Gloria.
A las diez de la noche, con rigurosa puntualidad, parte la procesión desde la Iglesia de San Juan Bautista, acompañada de la Venerable Esclavitud y en dirección hacia la Plaza del Ayuntamiento. La salida de la imagen del Stmo. Cristo sobrecoge a cuantos la contemplan por su emotividad, en medio de un silencio tan sólo interrumpido por el canto de una malagueña. El cortejo se abre por el estandarte de la Esclavitud seguido de las cruces de manga. El primero de los cuatro pasos procesionales es el de Sta. María Magdalena, talla de vestir realizada por José Luján Pérez con posterioridad a 1801; seguido de San Juan Evangelista, popularmente conocido como “El Enamorado”, efectuado por el escultor local Fernando Estévez a comienzos del siglo XIX y que, junto a la Magdalena formaba parte del antiguo cortejo del Santo Entierro de la Iglesia conventual franciscana; el Stmo. Cristo a la Columna, talla donada por Francisco Leonardo de Guerra en 1689 y ejecutada por el imaginero sevillano Pedro Roldán o, al menos, por miembros de su taller, y se revela como una de las más sobresalientes esculturas religiosas de la Semana Santa no sólo local o insular sino dentro del panorama regional; y finalmente la Virgen de Gloria, una notable talla del citado Luján Pérez, datada entre 1799 y 1806, que se revela como un excelente ejercicio de técnica de paños encolados.
El punto álgido de esta procesión tiene lugar durante su entrada a la Plaza del Ayuntamiento, donde al son del “Adiós a la Vida” integrante de la Ópera Tosca de Giacomo Puccini, e imbuido en la singular atmósfera lumínica de las velas, se genera un ambiente único compartido tanto por los partícipes como por los numerosos espectadores que se dan cita en el recinto durante la noche del Jueves Santo. En primer lugar, entran los pasos de San Juan Evangelista y Sta Mª Magdalena y seguidamente lo hace el Stmo. Cristo y la Virgen de Gloria. Tras un sermón pronunciado en el balcón central de las Casas Consistoriales, la procesión prosigue su paso de regreso a la parroquia de El Farrobo, no sin antes realizar una nueva estación a su paso por la Iglesia de San Francisco. Durante todo el recorrido tiene lugar el canto de las tradicionales malagueñas.
LOS TRADICIONALES MONUMENTOS DEL JUEVES SANTO
A raíz de la celebración del Concilio de Trento, el culto y adoración del Santísimo Sacramento del Altar experimenta un notable impulso, al que no permanecieron ajenas las hermandades sacramentales, cuyo origen en España es anterior al Concilio, siendo aquellas las encargadas de exaltar el magno misterio de la Transubstanciación, declarado Dogma de Fe por la Iglesia en 1215.
En la Villa de La Orotava la adoración de las cuarenta horas de agonía de Cristo, tiene como protagonistas a las comunidades parroquiales y hermandades que se encargan de la exaltación del culto eucarístico durante los oficios del Jueves Santo, empleando para tal fin, las alhajas más preciadas que se conservan en los tesoros parroquiales de la localidad, a la hora de erigir los altares en los que la Sagrada Forma va a recibir la adoración de los fieles desde la tarde del Jueves Santo hasta la del Viernes Santo. En estos altares eucarísticos se hace uso de gran cantidad de obras de plata labrada como blandones, candeleros, candelabros, ánforas atriles, fuentes, doseles, mangas, guiones, estandartes, cirios, etc., todo ello singularizado por flores, y otros elementos complementarios.
Se trata de una plasmación plástica de la liturgia, profundamente imbuida en los efectos retóricos y ornamentales barrocos, cuya finalidad inicial era la de exaltar el sacramento de la Eucaristía frente a la ideología protestante y que con el tiempo han generado la ancestral costumbre de visitar las ornamentadas estructuras expositivas para la reserva y adoración del Santísimo Sacramento, efectuadas tanto por la comunidades conventuales como parroquiales, que aún pervive durante el Jueves Santo.