Tagoror Digital15.03.2018. Canarias.
Está previsto que hoy se dé por finalizada en Gran Tarajal la extracción de gasoil y otros elementos contaminantes (aceites, botes de pintura, baterías) de la gabarra hundida que permanece protegida por una campana.
El siguiente paso previsto es el vaciado y descontaminación de uno de los remolcadores hundidos y la finalización de los trabajos, también de descontaminación, de los camiones ya extraídos antes de ser trasladados al Complejo Ambiental de Zurita.
Durante la mañana, se han recolocado las barreras de contención para dividir las aguas del muelle en varias zonas acotadas de trabajo.
Por otro lado, en la mañana de hoy, técnicos del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias, mientras realizaban las labores diarias de vigilancia medioambiental, han localizado tres ejemplares de animales muertos. Se trata, en concreto, de un calamar del género loligo, un cangrejo moro y una barriguda mora.
Los tres se encontraron en la rampa de varada del muelle, lugar donde se concentró desde el primer día la mayor cantidad de hidrocarburos en el agua.
Los ejemplares han sido trasladados ya al Instituto de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (IUSA), donde un equipo de veterinarios forenses analizará las causas de la muerte. Los resultados estarán listos en el plazo aproximado de una semana.
Los técnicos consideran que, tras lo ocurrido en Gran Tarajal, la aparición de solo tres ejemplares hasta ahora, tras 15 días, está muy por debajo que lo que cabía esperar en un primer momento.
Cabe recordar, que tal y como anunciara ayer el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, el plan de vigilancia medioambiental se mantendrá en Gran Tarajal durante un año para detectar posibles afecciones a los hábitats marinos.
En cuanto a las labores de biorremediación, una vez finalizada la distribución de la primera remesa de microorganismos, el equipo dirigido por Jesús Cisneros seguirá de cerca la evolución de los mismos en su proceso de consumir hidrocarburos antes de volver a dispersar una segunda tanda, prevista para dentro de unos días.
