19.06.2023 | Tacoronte
La sabiduría popular es fuente de inspiración para las buenas decisiones. A lo largo de la historia, la humanidad ha ido tomando muchas y muy acertadas en las que el sentido común y la aprobación colectiva fueron de la mano.
Tacoronte es un municipio de contrastes, de tradiciones y decisiones que siempre han marcado nuevos puntos de partida en la apuesta por el futuro. En este territorio del norte de Tenerife, lugar de paso obligado a lo largo de la historia, se ha apostado por la actividad turística, albergando uno de los primeros establecimientos alojativos del ramo de la isla de Tenerife, como fue el Hotel Camacho, por lo que fue necesario su conexión por medio del tranvía con el resto del área metropolitana.
“Tacoronte es tierra de vinos, ganaderos y agricultores, pero también es un lugar de acogida de emprendedores y soñadores”, indicó el alcalde en funciones, José Daniel Díaz Armas, quien indicó que “somos un territorio para el arte, para la buena gastronomía, las tradiciones y la cultura”. El mandatario local señala que “toda esa amalgama de impulso y apuesta de futuro genera simbiosis que, en ocasiones pasan desapercibidas, pero que, en otras ocasiones, con gran acierto dan forma a combinaciones que a la vez que curiosas, son merecedoras de toda admiración”.
Desde el año 1996, hace ahora más de 25 años, el municipio fue el lugar escogido por la reconocida marca de refrescos Coca Cola, como sede de su principal fábrica en Canarias, un punto de tecnología e innovación desde el que se abastece al mercado regional. Al año, salen de esta industria más de 120 millones de litros de sus diferentes productos, todos elaborados con el agua de alta calidad que aportan los manantiales subterráneos del municipio.
El alcalde señaló que “esta es la primera gran industria que se ha establecido en nuestro municipio, contribuyendo a una generación de empleo muy importante, pero también a la implantación de criterios ambientales que convierten a esta fábrica en un instrumento de producción y distribución ejemplar”.
Muy cerca de la fábrica, y en el mismo polígono, al borde de la vía conocida como Camino del Medio, se localiza otra de las industrias esenciales, la Bodega Comarcal, inaugurada también a mediados del los años 90 del siglo pasado, contando con el impulso de 170 socios con la intención de crear un punto de producción y distribución de todos los viticultores de la Comarca Tacoronte Acentejo.
Esta convivencia industrial, aceptada y reconocida por la población del municipio, precisamente no ha pasado desapercibida para esa sabiduría popular, siempre atenta y con cierta dosis de buen humor. Muchos eran los vecinos y usuarios del polígono que llamaban la atención a una circunstancia que no dejaba de pasar del típico chascarrillo, hasta que pasó a tomar unos tintes que ya requería quizá de algún tipo de intervención.
Alguien, un buen día, desde la calle que conecta ambos centros productivos deslizó un comentario humorístico sobre lo que, con posterioridad fue objeto de un expediente municipal que hace unos días ya se ha resuelto. Este vecino comentó a otras personas que le acompañaba, guiando su mirada a uno y otro centro: “oigan, ustedes se han dado cuenta que a la izquierda está la Coca Cola y a la derecha la Bodega Comarcal”, a lo que los otros le respondieron con una escueta interrogante: “¿Y?”
Pero el entuerto se aclaró allí mismo. El avezado vecino le espetó a sus compañeros, “pues está muy claro que estamos en medio de algo muy importante, pues si mezclamos Coca Cola y Vino, el resultado es Calimocho”.
Aquello acabó en una rotunda carcajada y los cuatro siguieron su camino aún con el eco del golpe de humor del compañero. Pero esa frase no quedó en aquella pequeña calle, que por entonces tenía otro nombre, sino que el grupo de amigos comentaron la ocurrencia del otro y parece que el chascarrillo tuvo su recorrido.
En la Bodega Comarcal, a donde había llegado la anécdota, así como en la fábrica de Coca Cola, donde sus directivos también ya conocían la ocurrencia, se aceptó de buen grado la idea del alcalde de rotular, “como manda los cánones, a esa vía con el singular nombre de Calle Calimocho, también con su descripción en eusquera, que es Kalimotxo”, ya que esta bebida que ahora tiene más de medio siglo de existencia, en una creación del siglo pasado en esta Comunidad.
En días pasados se colocaba la placa con la nueva denominación en el callejero, y en el sencillo e íntimo acto de inauguración “la lectura que hacían de la placa los vecinos que pasaban por la zona era una sonrisa cómplice, que se tornaba en carcajada cuando había una explicación más amplia para quienes desconocían el origen de la rotulación”, se trata de la primera vía de España con esta atrevida denominación.