28.07.2018. San Sebastián de La Gomera | Reportaje
La Gomera condensa en una superficie que roza los 370 kilómetros cuadrados la mayor riqueza de especies de flora endémica de Europa en relación a su extensión. Su vegetación natural abarca más de 50 especies que sólo se encuentran en la Isla, lo que además de un lujo, trae aparejado el reto de mantener a las especies para garantizar su supervivencia. En este minuciosa tarea se emplean diariamente técnicos y especialistas que trabajan con esmero por los cuidados de estas joyas que brinda la vegetación gomera.
El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, es consciente de que para tal labor se deben emplear todos los esfuerzos posibles, pues según indica, “vivir en un espacio privilegiado como este desde el punto de vista natural, conlleva la obligación de respetar al máximo estos valores”.
En este punto, Curbelo aclara que no sólo es de suma importancia el trabajo que se desarrolla desde la Institución insular por preservar el espacio natural sino la sensibilización de los residentes para que contribuyan a los cuidados que demandan tanto el entorno rural como el urbano. “Es necesario crear conciencia colectiva en la ciudadanía para que se transmitan estos valores y nos aseguremos de que las generaciones futuras preserven el medioambiente”, comenta. Por ello, explica que el Cabildo ha puesto en marcha numerosas acciones formativas en los centros escolares para reforzar las medidas que protejan el espacio natural de la Isla.
Si nos referimos a la belleza natural de La Gomera, la joya de la corona es sin duda el Parque Nacional de Garajonay, el cual ostenta con orgullo la mejor representación de laurisilva de Canarias. No obstante, esta vegetación endémica aún pudo alcanzar una mayor extensión, ya que según apuntan las investigaciones arqueológicas, en la Isla existieron pinares y formaciones de dragos que desaparecieron casi en su totalidad durante la época aborigen.
Para el director del Parque Nacional del Garajonay, Ángel Fernández López, la mejor herramienta para luchar contra el riesgo de extinción de las especies “pasa por conocer nuestros paisajes y entonces enseguida seremos lo suficientemente conscientes de la necesidad de protegerlos y defenderlos”. El director lo planteó así en el transcurso de una conferencia ofrecida el pasado mes de junio coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente y cuyo título era Naturaleza amenazada de La Gomera.
En septiembre, Fernández López participará en una reunión técnica que tendrá lugar en Madrid, que se enmarca en los cursos que organiza la red de parques naturales españoles. Unas jornadas que servirán para el intercambio de experiencias como instrumento para abordar la gestión de las especies de flora amenazadas.
Las principales amenazas actuales para la biodiversidad insular son la aparición de herbívoros tales como ovejas y cabras asilvestrados, conejos y depredadores como los gatos, hurones y ratas que devoran y pisotean las plantas de forma dictatorial. El fuego no es un factor menor. Luego están las especies invasoras, parecidas a las tuneras que han ocupado los territorios costeros. Plantas que han llegado de Méjico y que han resultado muy útiles para el ser humano pero que también ha implicado un alto coste para el medio natural. No menores son los efectos del cambio climático, un problema de ámbito global del que no escapa La Gomera. La irrupción del ser humano con la introducción de depredadores como los gatos o ratas trajo consigo que especies autóctonas como el lagarto gigante tuviera que replegarse a los lugares más escarpados de la Isla. No ha sido hasta hace unos años gracias a la labor desarrollada por el Cabildo cuando se han dado los primeros pasos para que empiecen a aflorar las esperanzas de que en un futuro más o menos inmediato pueda salir de la lista de especies en extinción.
En Canarias, y en La Gomera, se concentran ecosistemas muy diferentes a los del resto del mundo e incluso de los continentes próximos. El mar ha supuesto una barrera que ha dado lugar al aislamiento y propiciado formas de vida diferentes, incluso entre especies comunes a las que se pueden ubicar en otros lugares.
La Gomera cuenta con los elementos necesarios para sentarse en los foros mundiales y demandar una atención especial a la hora de garantizar la conservación de su privilegiado ecosistema. La Isla aún cuenta con los mejores y más amplios palmerales del Archipiélago. Es cierto. Pero también lo es que su superficie se ha reducido de forma importante.
El programa Life + Garajonay Vive, puesto en marcha por el Cabildo, a través del parque nacional, en cooperación con el Gobierno canario y la Unión Europea, persigue la restauración ecológica del parque y hace especial hincapié en la recuperación de las especies vegetales del Parque Nacional. A finales de año, un congreso analizará los resultados de esta iniciativa que se ha desarrollado con éxito durante los últimos cuatro años.
En los dos primeros años, se llevó a cabo una cuidadosa planificación de las labores que se iban a llevar a cabo en un vivero para la producción de las nuevas plantas, preparación del suelo, siembra, mantenimiento, selvicultura preventiva, apoyo en la recuperación de especies amenazadas y control de las exóticas y un programa de seguimiento ecológico. El saldo final es que se han conseguido plantar 8.000 ejemplares que han estado sujetos a estrictos controles para conocer su evolución en función de la técnica de plantación utilizada. Al igual que se hace con las más de 50.000 plantas sembradas en 160 hectáreas que han sufrido daños por el fuego.