La Asociación de las Asociaciones Vecinales de Canarias (AVC) reprocha la actitud insolidaria de los políticos

28.07.2024 | Redacción | Nota Informativa

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

El pasado 23 de julio marcó un punto de inflexión a la Asociación de las Asociaciones Vecinales de Canarias (AVC), como fecha en la que, en asamblea general, se constituye y levanta amarras para tomar su rumbo como entidad representativa, en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Canarias, de las diversas entidades vecinales y canal de interrelación   con   las administraciones   públicas   y   privadas. Pero además, asistimos a una situación insólita, orquestada en el Congreso de los Diputados y marcada por la insolidaridad de determinados políticos que dicen representar la voluntad popular.

La   Asociación   de   las   Asociaciones   Vecinales   de   Canarias   (AVC) discrepa   de   esta   afirmación,   más   cuando   envuelta   en   ella,   se esconden posibles sentimientos xenófobos e insolidarios.  La ciudadanía canaria se encuentra inmensa en un largo sueño de tristeza. Un sueño, por calificar esta realidad que estamos soportando de esperanzadora y no, como ha quedado de manifiesto en estos últimos   días,   de   pesadilla   ante   la   intolerancia   de   determinados políticos   insolidarios   y   el   abandono   de   la   responsabilidad, a la tolerancia y a los valores humanitarios que han de irradiar desde las instituciones en las que nos representan estos cargos públicos.

El Congreso, como institución básica de los valores democráticos de nuestra sociedad, el pasado miércoles 24 de julio se transformó en el ombligo   al   que   ciertos   parlamentarios   se miraron. Desviando   la cabeza y con su mirada hacia esa zona donde el estómago presenta cierta   “curvita   de   la   felicidad”,   han   abandonado   a   su   suerte, nuevamente, a Canarias y a los canarios, ante esta crisis humanitaria.

La migración no es un problema de unos frente a otros que por su ubicación geográfica presenta un mayor atractivo para el encauce de su fluidez. Pero no es nuestra intención convertir esta reflexión  en un debate sobre los canales migratorios y sus flujos, sino que, a través de estas palabras, poder concienciar al resto de los ciudadanos sobre los   valores   humanitarios que   compartimos   los   canarios   con   los migrantes que a diario alcanzan nuestras costas, dejando atrás sus familias y sus historias individuales o colectivas, jugándose la vida en una travesía a bordo de una quebradiza embarcación y como unas sardinas apretujadas,  se aprietan unos contra otros en ese minúsculo espacio vital del cayuco o “ataúd de muertes”; en el que, previo pago de una pequeña fortuna que pocos se pueden permitir, se hacen a la mar en busca de un futuro incierto.

Pero siendo realistas, más que incierto, se les presenta como un futuro imposible de alcanzar con esta realidad actual. Deambulando de un lado a otro, sin rumbo, desorientados y perdidos en las esperanzas puestas en este horizonte. A diario vagan por nuestras   calles grupos   de   estos   chicos   con   la   espera   de   una oportunidad de quiénes les han vetado su futuro el pasado día 23 de julio.   Pero   los   canarios   entendemos   del   dolor,   la   soledad   y   el desamparo del emigrante. Muchos lo han sufrido y padecido en piel propia y en nuestro ADN podemos encontrar los genes de nuestros antepasados que, por diversos motivos, han tenido que, como estos chicos, echarse a la mar en busca de ese futuro que en Canarias no se les ofrecía en ese momento.

Canarias y los canarios hemos reforzado nuestro carácter y valores como pueblo solidario. Abiertos a dar cobijo a todos los hombres y mujeres que por sus circunstancias, particulares o colectivas, se han visto obligados a migrar en busca de un futuro más esperanzador, pero esta solidaridad debe de ser compartida con todas nuestras comunidades autónomas, aliviando la carga social que soportamos. Permitiendo a estos chicos, “ociosos”, que deambulan por nuestros barrios sin rumbo, su integración efectiva en nuestra sociedad y contribuir   juntos forjando   el   futuro   de   nuestro   país   desde   la solidaridad.

Por todo ello, con el sentimiento del pueblo canario unido en estas palabras que expresamos a través de AVC conminamos a nuestros parlamentarios, a los trescientos cincuenta, a que dialoguen obviando sus siglas e ideologías. Y comenzar por los puntos que puedan unirlos o en los que ya tengan acuerdo para  trabajar seriamente en los que discrepan y atiendan este gravísimo caos humanitarios, no olvidemos de que se está hablando de menores migrantes sin acompañamientos y, si ustedes siguen mirándose sus propios ombligos, sin un futuro.

Deseando contar con su colaboración, nos despedimos con un cordial saludo, Francisco Barreto Rodríguez, Presidente de la Asociación de Asociaciones Vecinales de Canarias (AVC).

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Rafael J. Lutzardo Hernández

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