07.05.2017. Redacción / Entrevista.
¿Qué es el acoso escolar?
El acoso escolar es la violencia que se produce entre el alumnado de un mismo centro escolar, de manera personalizada, reiterada, con intencionalidad de hacer daño, pública, intentando así la implicación de los demás, y siempre establecida de manera unidireccional, es decir, de matón a víctima. Hay que hacer hincapié que cualquier tipo de agresión, por muy grave que sea, no es siempre acoso escolar, sino que deben reunirse las características mencionadas anteriormente.
¿Está equiparado el acoso entre niños y niñas? ¿Qué roles suelen asumir más?
Cada vez se equiparan más las estadísticas entre niños y niñas. Hay 5 tipos de acoso escolar: acoso físico, psicológico, económico, sexual y ciberacoso, y donde único hay una brecha de género muy importante es en el acoso escolar de tipo sexual, el resto es equitativo.
¿Qué tipo de acoso escolar suele ser el más frecuente?
Realmente es una combinación de ellos. Principalmente, podemos encontrar el acoso físico y psicológico pero a ello también se puede añadir el sexual, económico, etc. Hay que destacar que ahora siendo las nuevas tecnologías algo muy cotidiano entre la juventud ha hecho florecer otros tipos de acoso que antes se desconocían, como el ciberacoso, conllevando una magnitud preocupante.
Normalmente, ¿cuál es el protocolo a seguir en los colegios? ¿Se sigue un plan de convivencia o un programa especial de actuación?
La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias tiene un protocolo de actuación ante el acoso, cuando una familia, un/a alumno/a o parte del profesorado llama a la Consejería diciendo que hay “sospecha de”, la Consejería o el propio centro, si está actuando directamente, inmediatamente activa su sistema de diagnóstico, para comprobar si realmente es acoso escolar o no, ya que no hay ninguna situación que se obvie, sino que todas se evalúan, porque podría ser realmente un problema de convivencia. Si se diagnostica que es acoso escolar pues se activa el protocolo de actuación, el cual tiene una serie de pasos entre los que son: entrevista con la víctima, con la familia de la víctima, el agresor así como su familia, trabajándose también desde el grupo aula.
Este protocolo de actuación está estandarizado, siendo conocido por todos los colegios. Además, la Consejería tiene un servicio de apoyo e intervención contra el acoso escolar, en los casos en que los centros requieren su ayuda también se ven asistidos por personal especializado, estando respaldados en todo momento. Cuando dan cualquier aviso, en menos de 48 horas la inspección educativa se encuentra reunida con el centro.
¿Se está trabajando desde la prevención todo lo que se debiera? ¿Se forma a los profesores para saber actuar en estos casos?
Cuando una situación es preocupante, como ésta, todo el trabajo, de apariencia, es insuficiente, pero en este momento, en Canarias se están haciendo grandes esfuerzos de formación del alumnado, profesorado y familiares. Siempre se podría hacer más pero, sin embargo, sí que se está haciendo ya que cada vez los centros están más sensibilizados y preocupados por formarse, estando con una mirada mucho más alerta ante la posibilidad que exista acoso. También, se les está dotando de herramientas para saber actuar, estando mucho más armada a la hora de intervenir.
En nuestro país siempre ha existido el acoso escolar pero en la actualidad tiene mayor repercusión, ¿se debe a que hay un mayor número de casos o tal vez sea por estar más expuestos en los medios de comunicación, así como en las redes sociales?
Siempre ha existido acoso escolar, pero ahora le estamos la importancia que debemos, ya que durante mucho tiempo se ha minusvalorado esta cuestión o se ha considerado que era algo ajeno e individual, que lo tenía que resolver la persona afectada. Ahora tenemos la conciencia de que es un problema social, es algo colectivo y sobre lo que hay que poner el foco de atención, estando esta realidad mucho más presente para todos.
Bien es cierto que también el tema de las redes sociales está añadiendo tipos de acoso que antes no existían. Antes el acoso era presencial, ahora se han unido otros tipos de acosos con las redes sociales o con las nuevas tecnologías, por ejemplo, con el uso de móviles, estando el acoso más frecuente.
El acoso escolar en la víctima tiene efectos negativos tanto físicos, como psicológicos en el bienestar emocional, así como en el rendimiento académico en su etapa como menor… Pero ¿en la etapa adulta? ¿Persisten secuelas en la víctima?
Dependiendo de la gravedad puede que haya más o menos secuelas cuando seas mayor, es decir, de cuáles hayan sido las condiciones del acoso, esto es más o menos grave para la víctima, ya que depende de muchos elementos: intensidad del acoso, frecuencia, personas que hayan participado en él, la misma personalidad de la persona que lo ha sufrido, la capacidad de afrontar la adversidad, si ha tenido consecuencias irreversibles, etc. Hay muchos elementos que hacen que las casuísticas sean completamente distintas en los niveles de gravedad, pero siempre puede haber consecuencias físicas, emocionales, sociales, académicas, etc.
En cualquier caso, activar los protocolos de intervención en los casos de acoso no solo significa parar la situación, que es la prioridad básica, sino la reparación del daño en las víctimas que, si se hace bien, como por ejemplo restituir la confianza o autoestima en sí mismo, ya que normalmente asumen una culpabilidad que no les corresponde a ellos, así como la confianza en los demás, en el sistema educativo, además de darle habilidades para enfrentarse a estas situaciones… Las secuelas en la etapa adulta serán menores.
¿Y los agresores? ¿Crees que la conducta de ellos pueda ser el germen de futuros agresores de género, de mobbing o simplemente que serán personas agresivas en el futuro?
Podría darse el caso, sí, pero solo si no se trabaja bien con el agresor. Hay que trabajar con él la conciencia del daño que ha hecho, trabajar la empatía emocional, cualquier tipo de pensamiento discriminatorio o vejatorio, erradicándolo de base, hacerle entender que la violencia no es un recurso, que no tiene derecho a violentar a otras personas y, sobre todo, trabajar con ellos que elijan un buen papel para integrarse en los grupos, hay que darle otros roles/opciones que también sean atractivas para ellos y que no sea mediante la agresión.
Estos problemas de conducta, ¿cuál crees que sea el primer factor que los motive? ¿Tal vez las circunstancias familiares de los menores? O, ¿se debe más a algo personal?
Es multifactorial. A veces tiene que ver con los aprendizajes de casa, pero en otras ocasiones tiene que ver con la relación con sus iguales, a lo mejor por imitar el comportamiento de éstos no siendo los adecuados, o el hecho de querer llamar la atención o intentar reforzar su autoestima de la manera equivocada. Realmente, el acoso tiene un origen multifactorial, ya que cada caso tiene un trasfondo.
En cuanto a los cómplices, ¿se trabaja con ellos? ¿O el ámbito de actuación suele limitarse a las figuras del agresor y de la víctima?
Para los cómplices, tanto los cómplices por acción, aquellos que se ríen, o graban con el móvil, o los cómplices por omisión, es decir, los que no realizan absolutamente ninguna acción pudiendo realizarla, que miran a otro lado, se trabaja la solidaridad, la empatía, hay que trabajar la sensación de indefensión que tienen. Ellos, habitualmente, no actúan por miedo, por insolidaridad o porque desconfían que el centro posteriormente los respalde. Todos estos sentimientos existen, siendo necesario mostrarles el buen compañerismo, la confianza en el centro y el sistema educativo así como su profesorado, y que las soluciones existen y que las soluciones son colectivas también, y que si ellos autorregulan el comportamiento del acosador al final terminan anulándolo.