“Couque de Dinant”, una “galleta” muy especial

26.08.2022 | Redacción | Turismo

Por: Juan Antonio Narro Prieto

Dicen, no hay seguridad sobre esta versión, que su origen se remonta al siglo XV. Tiempos en los que Carlos I de Borgoña, también llamado “Carlos el Temerario”, conquistó esta localidad valona. Ante la falta de comida e ingredientes, simplemente con harina y miel en proporciones iguales, se empezó a preparar esta masa –a la que no se añade agua- que, más tarde, se horneaba.

En todo caso, hay una serie de detalles que no deben pasar desapercibidos, y que justifican que llamarla “galleta” deba entrecomillarse:

La dureza de su textura hace que no se pueda comer a bocados y deba romperse en trozos pequeños o mojarse con leche o café.

Debe mantenerse un rato en el interior de la boca para que con la humedad vaya ablandándose

Estos matices le dan una serie de características cercanas también a una golosina. Se debe a la gran cantidad de miel que lleva y a la alta temperatura del horneado. Por esta razón, notamos claramente un toque caramelizado.

Importante destacar que no lleva azúcar

Esta pasta espesa, y con mucha consistencia, se introduce en unos recipientes en los que se moldea con los más variados motivos. Como se pueden advertir en las fotografías, la diversidad de dibujos, tamaños y presentaciones (animales, panorámicas de la localidad, racimos de uvas, etc., etc.) casi no tiene límites.

Aunque en algunas recetas lo califican como un bizcocho dulce extremadamente duro, me resisto a calificarlo así. En mi opinión, no es un bizcocho.

Es cierto que los turistas y viajeros que se acercan a “la perla del Mosa” (como también se conoce a Dinant) lo compran como regalo para amigos y familiares. No obstante, suele consumirse por los lugareños en épocas navideñas. Incluso se utiliza también como elemento de decoración del árbol de Navidad.

Una cosa sí está clara. Es original, diferente y con una historia a sus espaldas. Algo siempre de agradecer en cualquier elaboración. Los platos, sean dulces o salados, tienen también que hablar de sus orígenes y de sus anécdotas.

Hace unas semanas viajé hasta Dinant. La cantidad de tesoros y argumentos turísticos de esta ciudad son innegables. Sin embargo, tras mi periplo por sus calles, la ciudadela y las orillas del río Mosa, tocaba reponer fuerzas con esta llamativa “galleta” de la que tanto me habían hablado. No podía perder la ocasión.

Como consejo final, acérquense a la Pátisserie Jacobs (Rue Grande, 147). Este negocio familiar es un icono y un referente en la elaboración de la célebre “Couque de Dinant”.

 

Imagen: “Couque de Dinant”, una “galleta” muy especial | CEDIDA
Juan Antonio Narro Prieto

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